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Tomado de Tutelandia |
Es
un hecho que las fantasías están a la base de la atracción y elección de
pareja. Estas actúan tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Las
fantasías compartidas se ven reflejadas en las diferentes creencias y mitos
sobre el amor a lo largo de la historia. Algunas ideas que se repiten son que
el amor es ciego, que los opuestos se atraen, que tenemos que buscar nuestra
media naranja, o en la versión clásica de Platón, que somos seres incompletos
que fuimos divididos y que buscamos toda la vida nuestra otra mitad.
Todas
estas frases remiten al complejo proceso que se da detrás del enamoramiento.
Efectivamente, uno se enamora, a veces, de la persona menos esperada o indicada
y sin tomar en cuenta características inadecuadas que saltan a la vista y por
ello se dice que el amor es ciego, o hasta sordo y tonto como dice una conocida
canción.
La
idea de que los opuestos se atraen parece tener relación con la búsqueda de los
aspectos complementarios en la otra persona pero como veremos más adelante,
reflejan oposición solo en apariencia, ya que como dos pilas, la carga
eléctrica se activa cuando entran en juego los dos polos pero del mismo tipo de
batería. A pesar de que parezcan opuestos cada uno presenta diferentes tendencias
del mismo aspecto. Por ejemplo: pasividad-actividad, dominio-sumisión, independencia-dependencia,
etc.
La
ultima creencia sobre la media naranja o los seres mitológicos que fueron
separados y buscan su otra mitad se orienta a describir las fantasías de
completud que compartimos todos. Una base bisexual está presente en todo ser
humano. Cada uno de nosotros ha fantaseado alguna vez con poseerlo todo, los
atributos femeninos y masculinos. Esto es lo que describe Irene Fast cuando
habla de las fantasías sobre-inclusivas que aparecen antes de que el complejo
de castración obligue a niños y niñas a aceptar que solo se puede tener parte
del todo.
Estas
fantasías colectivas son solo algunos aspectos que intervienen en la elección
de pareja y que surgen junto a otras características individuales que
complejizan todo el asunto. Como vemos, el proceso de elección de pareja no es nada
sencillo; aunque a simple vista parezca un flechazo al azar, hay diferentes
aspectos psíquicos inconscientes que entran en juego e interactúan para llegar
a ello.
Las
características psíquicas y el modo en que se resuelven los diferentes
conflictos de desarrollo influirán en las relaciones de pareja que se
establezcan. Asimismo las primeras relaciones objetales, como las
identificaciones con personas significativas en la infancia, determinarán el
tipo de vínculos que se establecerán en la adultez.
Cada
miembro de la pareja trae consigo fantasías inconscientes, deseos, temores,
ansiedades que se encuentran con los aspectos psicológicos del otro. Se puede
buscar racionalmente algunas características particulares en el prospecto de
pareja pero al final, hay fuerzas de atracción que pasan desapercibidas y no
son fáciles de explicar. Se dice coloquialmente que si no sabes por qué te
atrae una persona y no puedes negarlo, estás enamorado. Ello se explica por el
hecho que las razones determinantes del enamoramiento se dan entre los aspectos
inconscientes de cada cual. Son dos inconscientes que se encuentran.
Bobé
señala que los motivos profundos de la elección de pareja tienen que ver, en
muchas ocasiones, con un sector de la personalidad y no con toda la persona.
Cuando se establece una relación de pareja patológica, la elección ha sido
determinada por esos aspectos de la personalidad que remiten a conflictos
tempranos no resueltos, fijaciones y necesidades afectivas insatisfechas que
buscan gratificación a través de la repetición con otra persona. Pero también
en el caso de relaciones de pareja saludables, la elección se basa en la
búsqueda de satisfacción a través del otro. Winch (en Bobé y Pérez Testor) señala
que cada individuo busca a la persona que ofrece posibilidades de suministrarle
la máxima gratificación a sus necesidades.
Bobé
también describe algunos mecanismos que intervienen en el enamoramiento como la
idealización, la identificación proyectiva y la colusión. El yo ideal se
trasfiere a la pareja y esta se ve como la perfección personificada. El
enamoramiento ofrece entonces, la posibilidad de alcanzar el ideal buscado.
La
identificación proyectiva también juega un rol importante mediante el cual los
aspectos propios, especialmente los más complejos que necesitan ser elaborados,
pueden manejarse si se proyectan en el otro. La pareja, así, expresa lo que uno
mismo no puede o no se atreve.
Por
supuesto, estos mecanismos encuentran su contraparte en los del compañero que
entra en el juego con sus propias características que parecen ser las piezas
complementarias. Se establece entonces un juego interactivo, una colusión, en
la que ambos obtienen gratificación en algún aspecto importante pero por
supuesto, no en otros, así que no se trata de un ensamble completo ni perfecto
como un rompecabezas, sino más bien como un acomodamiento de dos placas
tectónicas que enganchan pero que eventualmente presentarán reacomodos, suaves
o bruscos. En este sentido, Willi señala que la elección colusiva de la pareja
no se da inmediatamente sino que refleja un proceso de acoplamiento que puede
producir ciertos cambios en las características latentes y manifiestas de la
personalidad que aseguran el enganche. Aquí las necesidades y conflictos
latentes de cada uno que encuentran eco en el otro fortalecen el vínculo; y si
estos aspectos inconscientes se ven reforzados por otros más conscientes (como
los intereses comunes, normas y filosofía de vida compartidas) y características
socio-culturales deseadas en un compañero, la pareja tendrá más posibilidades
de asentarse.
Referencias Bibliográficas
Bobé,
A. Mecanismos inconscientes en la elección de pareja. En: Conflictos de pareja. Diagnóstico y tratamiento.
Bobé,
A. y Pérez Testor, C. Antecedentes del estudio de los conflictos matrimoniales.
En: Conflictos de pareja. Diagnóstico y
tratamiento.
Fast, I. Developments in Gender Identity. The Original Matrix. En International
Review of Psycho-Analysis, 5,
265-273.
Teruel,
G. Fundamentos teóricos. En: Diagnóstico
y tratamiento de la pareja en conflicto.
Willi,
J. Elección de consorte y dinámica compensadora de la colusión. En: La pareja humana: relación y Conflicto.