Las opciones para estudiar
en la universidad son abundantes hoy en día. Hay varias universidades con una
oferta amplia de carreras que ofrecen además varias modalidades de admisión, e
incluso, han empezado a captar a estudiantes de los últimos grados de
secundaria.
Seguramente en términos de
marketing es una excelente idea pero ¿están los chicos de 14 años preparados
para pensar lo que quieren estudiar y esbozar una decisión vocacional tan
temprano?, ¿hay una edad específica para tomar esa decisión? No la hay. Cada
joven tiene su propio ritmo y recorre un camino particular de descubrimiento
personal pero ello toma tiempo. Algunos pueden tener claro lo que les gusta
desde la adolescencia temprana, pero no es el caso de la mayoría; y si toman
una decisión apresurada lo más probable es que cambien de opinión a mitad de
camino y deban empezar todo el proceso nuevamente.
Decidir que se va a hacer el
resto de la vida no es una decisión fácil. ¿Cómo ayudarlos a determinar su vocación?
La tarea de los padres es acompañar el proceso de clarificación de la vocación
de sus hijos sin interferir. Pueden ayudarlos abriéndoles el panorama,
brindándoles información sobre todas las áreas que le interesen o permitiéndoles
acercarse a profesionales que les den una idea pragmática del área que
desarrollan.
Si bien las universidades, los
colegios y la sociedad en general empujan a los jóvenes a decidir rápidamente,
es importante que los padres no los presionen. Se les debe brindar el tiempo necesario
pero, por supuesto, sin dejarlos que abandonen la decisión y se queden
indefinidamente sin hacer nada. Tampoco es recomendable imponerles una carrera.
Ellos solos deben decidir qué es lo que quieren estudiar, aunque la tradición
familiar dicte otra cosa.
Ayúdelos a reflexionar sobre
lo que realmente les gusta, pregúnteles cuáles son sus hobbies, qué soñaban
hacer cuando eran niños, evalúe con ellos sus habilidades y talentos. Por allí
están las pistas.
La búsqueda de la vocación
no es algo externo. Es más bien un proceso de reconocimiento interno. Tiene que
ver con lo que somos, es parte de la propia manera de ser y se relaciona con
nuestra identidad. Por ello, las personas que encuentran su verdadera vocación
se sienten realizadas y tienen la sensación de que todo encaja y están en el
lugar donde deben estar, haciendo lo que más les gusta. Es una de las
decisiones más importantes que tomarán en su vida y por ello requiere del
tiempo necesario. No los apure.
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