Las vacaciones de verano son imprescindibles
para descansar, renovar energías y prepararse para el siguiente año escolar. Luego
de varios meses de estudio, es necesario tener un tiempo para desconectarse de
los deberes académicos y las rutinas de estudio.
Sin embargo, ello no significa que los niños deban quedarse todo el día viendo
televisión o jugando videojuegos sin realizar ninguna tarea productiva. Lo más recomendable
es que la familia pueda aprovechar las vacaciones para ir a la playa, realizar
actividades al aire libre y organizar paseos. No obstante, los días de semana que
los padres trabajan es beneficioso que se establezcan algunas rutinas y
actividades para que los niños no se aburran.
En relación a ello, hay varias opciones de actividades recreativas que
pueden realizar durante el verano y que aportan a su formación como talleres
deportivos o artísticos. Los beneficios son múltiples. No solo se divierten y hacen amigos nuevos
sino que también favorecen el desarrollo de habilidades específicas. Los
deportes, por ejemplo, ayudan a desarrollar hábitos saludables y disciplina; otros
talleres permiten que niños desarrollen diversos talentos (artísticos,
musicales, sociales).
Pero ¿Qué actividades escoger y cuántas
son recomendables? En primer lugar se debe tener en cuenta los gustos e
intereses de los niños y preguntarles directamente si les gustaría participar
en determinada actividad durante las vacaciones. Bríndeles la información del
taller o curso y anímelos a inscribirse. Puede llevarlos a una clase de prueba
para que comprueben si se sienten cómodos y les gusta efectivamente la
actividad. No hay que presionaros en ningún caso. Después de todo,
son sus vacaciones y deben disfrutarlas como prefieran.
Además es importante que los chicos estén motivados y escojan el o los talleres
que les interesen más. Ensayar diferentes actividades que les son afines puede
ayudarlos en el proceso de esclarecer su vocación, ya que van definiendo qué
les gusta y qué habilidades o talentos tienen y pueden desarrollar. Obtener
logros en las actividades que más les interesen favorecerá la autoestima y
contribuirá a su desarrollo integral como personas.
Ahora, es importante no atosigarlos con
demasiadas actividades porque las vacaciones podrían convertirse en una
continuación de las clases escolares. No hay que olvidar que estos meses son, en
primer lugar, para descansar. Llenarlos de talleres durante todo el día con el
solo fin de manteneros ocupados puede agotarlos y estresarlos.
El límite de actividades recomendadas lo establecerán los mismos niños
con sus padres pero se debe tomar en cuenta las necesidades básicas de los
pequeños. Es decir, suficientes horas de sueño, descanso y juego libre para que
puedan desarrollarse saludablemente.
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