Este domingo se celebra el
día del padre, ocasión que hace reflexionar sobre la importancia de este en el
desarrollo de los niños y niñas. La función que desempeña el padre es
significativa para la vida de los hijos y su ausencia, por lo tanto, puede
traer consecuencias adversas. Esto último resulta preocupante si tomamos en
cuenta cómo están estructurados numerosos hogares en el Perú.
Según el Mapa Mundial de la
Familia 2013 el 24% de las familias peruanas están presididas por un solo padre; y sabemos que,
salvo algunas excepciones, la mayoría de estos hogares monoparentales está a
cargo de la madre, quien se responsabiliza de sus hijos, con o sin ayuda del
padre. Algunos de estos niños y niñas ni siquiera conocen a su progenitor.
No obstante, en la mayoría
de casos, felizmente, hay algún familiar cercano que cumple el rol paterno como
el tío, abuelo o padrastro. ¿Cómo influye esto en los niños y adolescentes? ¿Es
posible que alguien reemplace al padre y cumpla con una buena labor en este
sentido?
Obviamente estas preguntas
no admiten respuestas absolutas. Un padre biológico puede ser tan buen o mal
padre como uno sustituto, lo que dependerá de cómo se desempeñe en su función.
Lo que sí es posible es describir las características que retratan a un buen
padre, y estas por supuesto, van más allá de cubrir las necesidades básicas de
los hijos.
Se dice que un padre no es
el que procrea sino el que cría y ello significa cumplir con la labor a
cabalidad. Un buen padre es el que está presente no solo físicamente sino también
emocionalmente, el que brinda soporte afectivo cuando le piden ayuda pero
también cuando percibe que pueden necesitarla, el que está pendiente de sus
hijos, el que pregunta si todo está bien y ofrece su ayuda en cualquier momento,
el que corrige cuando es necesario y reconoce las buenas acciones cuando se
hacen, el que se preocupa de dar un buen ejemplo y ser un modelo a seguir para
sus hijos.
Un padre ejemplar es el que se
alegra con los logros de sus pequeños y los anima a seguir adelante para
alcanzar objetivos aún más altos, el que se da el tiempo necesario para jugar
con ellos aunque tenga la agenda repleta, el que está dispuesto a resolver
dudas, responder preguntas y compartir actividades e intereses comunes con sus
hijos. Feliz día a todos esos padres, biológicos o sustitutos, que están presentes
siempre.
Me pareció muy acertado y lúcido este artículo.
ResponderEliminarEl contenido del artículo es bueno, sin embargo me parece mas una redacción de un alumno de pre-grado que de un psicólogo. Se nota que debemos investigar más.
ResponderEliminarPorqué no enseñan a ser buenos padres desde el colegio, para no salir a experimentar y cometer tantísimos eerrores después???? ..realmente no lo entiendo...porqué los colegios llenan la mente de tantos conocimientos inútiles y no alimentan el alma de tantos niños que sufren lo indecible??
ResponderEliminarA ver, talvez mirar al pasado es tiempo perdido, respira ondo y piensa que cosa simple y sencilla vas a compartir con tu hijo pero de todo corazón, el objetivo es ser mejor que nuestros padres, pero hay que hacerlo día a día.
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