Las personas que acuden a
una terapia psicológica por primera vez usualmente esperan encontrar a alguien
que les dé respuestas concretas a sus dudas y que les señale el camino a
seguir. “Yo quiero que me diga qué debo hacer en esta situación”, ¿cómo
resuelvo este problema?, ¿qué haría usted? son algunas frases comunes. Es
probable que crean que lo más adecuado es que alguien tome las decisiones
difíciles por ellos. No obstante, el sentido de la terapia no es el brindar las
respuestas como si se tratara de un examen de conocimientos. Ello no ayuda a la
persona y puede incrementar la inseguridad en ella misma y en las decisiones
que tome. Si el terapeuta es demasiado directivo en sus intervenciones y le dice
al paciente lo que debe hacer en cada situación, podría favorecer que se
establezca una relación de dependencia hacia este y tenderá a depositar en el
especialista toda la confianza y responsabilidad por sus decisiones en lugar de
fortalecer su propia seguridad y confianza. Por ello, el objetivo de una
terapia psicológica debe ser acompañar al paciente a encontrar sus propias
respuestas, ayudarlo a ver aspectos de sí mismo que no son conscientes y brindarle
otra perspectiva sobre una situación, otros ángulos no descubiertos aún.
el ir a la psicóloga no quiere decir que las cosas anden mal mas bien el no ir implica que las cosas no siempre estén bien.
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