Dar y recibir regalos es
parte importante de las interacciones humanas. La costumbre de dar obsequios se
puede encontrar en todas las culturas desde la antigüedad. Si bien el tipo de
regalos y la manera de entregarlos pueden variar de sociedad en sociedad, el
acto de regalar permite, en todos los casos, estrechar lazos afectivos y
mostrar consideración e interés por otra persona.
Obsequiar algo es una
convención que se manifiesta en diferentes situaciones, es parte de los ritos
de la sociedad. Se da un regalo cuando es el cumpleaños de una persona, cuando
se casa, se gradúa u otras celebraciones que formar parte de la cultura en la
que se vive. Es una manera de saludar y manifestar nuestra presencia. No por
casualidad se dice “dar un presente” en otros idiomas.
La navidad también es una
fecha en la que se suele dar regalos a otras personas, familiares y amigos
especialmente. Esta tradición se remonta a siglos atrás y probablemente se ha
ido modificando hasta llegar a nuestros días. En navidad cada persona da
regalos y recibe otros de sus seres queridos. Este intercambio, sin embargo, es
más importante de lo que se piensa.
Brindar algo significativo a
otra persona implica no solo desprendimiento sino también el deseo de hacer
feliz a alguien, brindarle bienestar, comodidad y afecto. Es un detalle, un
símbolo que implica mostrarle que lo valoramos.
Por otro lado, recibir un
obsequio permite a las personas tener la posibilidad de experimentar la
gratitud y demostrarla, además de sentirse halagadas y queridas. El hecho de
recibir un regalo, de cualquier tamaño o valor es, en términos generales, una
muestra de que la otra persona se ha tomado el tiempo de pensar en uno y en lo
que podría gustarnos.
Lamentablemente, cuando los
regalos se vuelven una obligación y las personas se sienten presionadas a
comprar alguna cosa por compromiso, los regalos se convierten en detalles
impersonales, dejan de tener significado y son un mera transacción para salir
del paso. Esto puede ocurrir en estas fechas en las que la presión ejercida por
los medios de comunicación masiva y el estilo de vida consumista lleva a todas
las personas a una voracidad por comprar y tenerlo todo.
Los niños son especialmente
vulnerables a este bombardeo comercial. Por ello, es importante trasmitirles la
esencia de regalar y el significado de los obsequios. Se debe enseñarles a
apreciar los regalos que reciben, sean muchos o pocos. No es necesario ni conveniente
darles objetos materiales en exceso. Se aprende a valorar más lo que se posee
cuando se tiene menos.
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