Desde pequeños los niños
recogen información sobre la muerte y sienten curiosidad por saber más del
tema. Es común que hagan preguntas al ver un insecto o un pajarito muerto en la
calle, ver una película o alguna noticia
en la televisión. Aproveche esos momentos para hablar del asunto. Se deben
resolver sus dudas con explicaciones breves y fáciles de entender de acuerdo a
su edad, para evitar que se formen algunas ideas erradas sobre este proceso. Hay
que tomar en cuenta que el entendimiento de esta noción es progresivo. Antes de
los cinco años los niños creen que la muerte es reversible y a medida que
crecen van comprendiendo que es algo definitivo e invariable. Nunca es sencillo
hablar de un concepto tan complejo como este, menos aun cuando se trata de una
muerte cercana pero eludir el tema podría hacer sentir a los niños que es algo
terrible de lo que no se debe hablar, inhibir sus emociones e incrementar sus
miedos. Cada familia escogerá la manera más adecuada de explicarles el tema de
acuerdo a sus creencias pero en general se deben recoger sus inquietudes con serenidad
y tratar de explicarles en términos sencillos que la muerte es un proceso
natural por el que pasaremos todos.
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