No hay duda que comer
saludablemente es beneficioso. Mantener un balance entre los diferentes grupos
de nutrientes es lo más adecuado, así como privilegiar los alimentos naturales, orgánicos y evitar
los aditivos artificiales. Sin embargo, cuando la alimentación se restringe a
tal punto de excluir de la dieta la mayoría de alimentos por considerados “dañinos”,
la persona puede afectar su salud y su vida en general. El dicho “eres lo que
comes” es llevado al extremo por algunas personas que se obsesionan con la
calidad de los alimentos que ingieren y siguen una dieta de manera rígida. Limitarse
excesivamente por lo que se come puede conducir a un desbalance metabólico,
anemia y a otras complicaciones, además de otros síntomas de orden psicológico
como sentimientos de culpa cuando se rompe el régimen nutricional, ansiedad, disminución
de las actividades sociales y aislamiento. Steven Bratman acuñó el nombre
Ortorexia (apetito correcto) para definir este comportamiento. Si bien no está
clasificado como un cuadro clínico diferenciado, la Ortorexia se considera
entre los diferentes desórdenes que se incluyen en el Trastorno Alimenticio No
Especificado del Manual de Diagnóstico Mental (DSM). Es recomendable que las
personas que sufren de esta condición reciban ayuda psicológica. Todo exceso es
dañino y la compulsión por la salud no es la excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario