El desarrollo de la
autoestima es central en la vida de las personas. La valoración positiva que uno
hace de sí mismo favorece el bienestar emocional. Alguien con buena autoestima
será más seguro, más independiente, capaz de asumir retos y responsabilidades,
se sentirá orgulloso de sus logros y podrá tolerar mejor la frustración, entre
otras cosas. De acuerdo a Susan Harter, quien ha estudiado el tema ampliamente,
la autoestima global se forma a partir de diferentes fuentes: la aceptación y
el apoyo de personas significativas, la apariencia física, la aceptación
social, la competencia académica, el comportamiento y la competencia atlética. Sentirse
adecuado en uno de los aspectos antes mencionados no compensa sentirse
incompetente en otro. Por ejemplo, una persona puede valorarse por sus logros
en el área académica pero sentirse poco aceptada por sus compañeros, lo que
afectará su autoestima global. Otro punto importante es que si uno se siente
competente en las áreas en las que desea sobresalir, tendrá una alta
autoestima. Si por el contrario, la persona evalúa que es poco exitosa en las áreas
que desea tener éxito, su autoestima será baja. Desarrollar las propias
potencialidades e interesarse en lo que uno hace bien, beneficiará su autoestima
en cualquier aspecto, inclusive en los deportes.
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