
domingo, 22 de diciembre de 2013
Lero, lero

Festejos de fin de año
A pocos días de acabar el
año, la mayoría de personas empiezan a organizar los planes para despedir el
2013 y dar la bienvenida al nuevo año. Grandes y chicos se preparan para quemar
el muñeco, ver los fuegos artificiales, compartir una cena a medianoche o hacer
diversos ritos para que el 2014 traiga prosperidad y éxito en diferentes
aspectos.
Cada familia tiene sus
propias tradiciones para el 31 de diciembre. Algunos acostumbran hacer
diferentes cábalas como dar la vuelta a la manzana corriendo con una maleta en
la mano, comer lentejas, engullir doce uvas o llenarse los bolsillos de arroz.
Los niños y adolescentes suelen disfrutar de estas actividades en familia pero es
común que al llegar a cierta edad, deseen festejar el fin de año con amigos.
¿Qué hacer si los hijos
adolescentes prefieren celebrar fuera de casa? ¿El año nuevo debe pasarse siempre
en familia o es una celebración para compartir con los amigos? ¿Se debe obligar
a los hijos a quedarse en casa?
Crecer es parte natural de
la vida e inevitablemente, en algún momento, los hijos preferirán hacer planes
con los amigos, ya sea para ir a una fiesta o esperar las 12 a su manera.
Los padres no pueden
forzarlos a quedarse en casa para siempre pero tendrán que decidir cuándo será conveniente
o no darles permiso para celebrar solos. Antes de los 15 años, los adolescentes
aún requieren de supervisión de los adultos y es probable que los padres se
sientan más tranquilos permitiendo que los hijos puedan pasar un rato con los
amigos siempre y cuando permanezcan cerca de casa y vuelvan temprano. Para los
que viven en barrios o condominios que cuentan con seguridad, dejarlos salir al
parque o zona común es una buena opción. Las familias que veranean en alguna
playa tranquila, en la que todos se conocen, pueden también darles más libertad
a sus hijos sin temor.
No obstante, cuando el
balneario es concurrido, hay personas desconocidas y varios locales que venden licor
sin control, es conveniente estar atentos, especialmente con los chicos entre
15 y 18 años.
Los adolescentes están
apresurados por crecer y generalmente se sienten preparados para vivir
experiencias nuevas, comportarse como adultos, aunque aún no tienen la sensatez
y el juicio necesario. El papel de los padres será guiarlos y darles libertad e
independencia en la medida que demuestren madurez.
Dar y recibir regalos

Obsequiar algo es una
convención que se manifiesta en diferentes situaciones, es parte de los ritos
de la sociedad. Se da un regalo cuando es el cumpleaños de una persona, cuando
se casa, se gradúa u otras celebraciones que formar parte de la cultura en la
que se vive. Es una manera de saludar y manifestar nuestra presencia. No por
casualidad se dice “dar un presente” en otros idiomas.
La navidad también es una
fecha en la que se suele dar regalos a otras personas, familiares y amigos
especialmente. Esta tradición se remonta a siglos atrás y probablemente se ha
ido modificando hasta llegar a nuestros días. En navidad cada persona da
regalos y recibe otros de sus seres queridos. Este intercambio, sin embargo, es
más importante de lo que se piensa.
Brindar algo significativo a
otra persona implica no solo desprendimiento sino también el deseo de hacer
feliz a alguien, brindarle bienestar, comodidad y afecto. Es un detalle, un
símbolo que implica mostrarle que lo valoramos.
Por otro lado, recibir un
obsequio permite a las personas tener la posibilidad de experimentar la
gratitud y demostrarla, además de sentirse halagadas y queridas. El hecho de
recibir un regalo, de cualquier tamaño o valor es, en términos generales, una
muestra de que la otra persona se ha tomado el tiempo de pensar en uno y en lo
que podría gustarnos.
Lamentablemente, cuando los
regalos se vuelven una obligación y las personas se sienten presionadas a
comprar alguna cosa por compromiso, los regalos se convierten en detalles
impersonales, dejan de tener significado y son un mera transacción para salir
del paso. Esto puede ocurrir en estas fechas en las que la presión ejercida por
los medios de comunicación masiva y el estilo de vida consumista lleva a todas
las personas a una voracidad por comprar y tenerlo todo.
Los niños son especialmente
vulnerables a este bombardeo comercial. Por ello, es importante trasmitirles la
esencia de regalar y el significado de los obsequios. Se debe enseñarles a
apreciar los regalos que reciben, sean muchos o pocos. No es necesario ni conveniente
darles objetos materiales en exceso. Se aprende a valorar más lo que se posee
cuando se tiene menos.
La otra cara de las fiestas navideñas

Todas las propagandas,
películas y escaparates recuerdan las fiestas y es imposible escapar a la
vorágine que se desencadena. El fin de año trae más movimiento en la casa, el
trabajo y las calles. Se deben terminar informes pendientes o presentar trabajos
finales de curso, asistir a innumerables compromisos (desayunos navideños,
almuerzos de la oficina, lonches del grupo de amigos, etc.) y además darse el
tiempo suficiente para comprar los regalos en medio del tráfico caótico de
diciembre.
¿Es posible lidiar con todo
esto sin perder la alegría y el espíritu festivo? Para algunas personas las
fiestas navideñas se convierten en un mandato. Es casi una exigencia tener una
navidad perfecta y un año nuevo espectacular. Es una fecha que están obligados
a celebrar pero que no pueden disfrutar completamente por los altos niveles de
estrés y la tensión concomitante.
Por ello no es extraño que
algunas personas se sientan abrumadas y presenten síntomas de ansiedad. La
falta de dinero, los problemas en el trabajo o con la pareja pueden causar
desilusión. Unido a ello, el inevitable balance personal del año y las
expectativas no cumplidas pueden llevar a las personas a sentirse frustradas y
sumirlas en emociones nada alegres.
Estar lejos de la familia,
una separación, problemas con parientes o haber perdido a un ser querido
durante el año, provocan que invadan sentimientos de soledad y sumerjan a las
personas en la tristeza.
En este sentido, es posible
que se presenten cuadros de depresión estacional en esta época. Es importante
buscar apoyo de las personas más cercanas, ya sean familiares o amigos. El
soporte emocional que se reciba será fundamental para amortiguar los
sentimientos de tristeza y desencanto. Además, es recomendable organizar las
actividades para no sobrecargarse, destinar un tiempo a hacer ejercicios y
darse el espacio para buscar momentos de relajación, aunque ello implique
perderse algunos eventos. No es saludable exigirse más allá de sus
posibilidades. Recuerde que más importante que alcanzar todos los objetivos y
tener una navidad de película es sentirse tranquilo y disfrutar de estas fechas
con apacibilidad y bienestar.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Desarrollo de la empatía

Juego patológico

La ludopatía se define como un
trastorno de control de impulsos. La persona no resiste la tentación de jugar.
Esta conducta es reiterativa y va en aumento a pesar de las pérdidas económicas
hasta afectar de manera significativa el funcionamiento en todos los aspectos:
personal, familiar, económico, laboral y social.
La búsqueda de ayuda se
retrasa pues la persona cree que tiene el control sobre el juego cuando realmente
es esclavo del mismo. Este pasa de ser ocasional a convertirse en el eje de la
vida de la persona. El jugador patológico atraviesa diferentes fases: ganancia,
pérdida, desesperación y desesperanza. Las apuestas aumentan, se endeudan cada
vez más y a pesar de las pérdidas, no pueden dejar de jugar.
En ese sentido, los síntomas
del juego patológico son similares a los definidos para el abuso de drogas, la
persona no puede refrenar la conducta y sufre de síndrome de abstinencia cuando
no juega, por eso la ludopatía es considerada una adicción sin sustancia, ya
que hay una dependencia hacia una actividad y no a una droga. El juego también provee
fascinación y placer momentáneo pero luego se cae en un estado de angustia que
lleva a volver a jugar y hundirse cada vez más.
El juego compulsivo como cualquier otra adicción pone en riesgo a la
persona porque trae diversas dificultades en su vida.
Si bien no se describe un
perfil de personalidad específico entre los jugadores patológicos se han
descrito algunas patologías psiquiátricas asociadas a este problema como cuadros
de depresión, ansiedad y abuso de sustancias. Es común que la persona busque
ayuda por estos problemas y no mencione su hábito de jugar. También pueden
aparecer o agravarse síntomas depresivos o de ansiedad como consecuencia del
progreso de la ludopatía junto con otros problemas como quiebra financiera,
divorcio, perdida del trabajo e incluso intento de suicidio.
El tratamiento consiste en
lograr la abstinencia de la conducta de juego y la aceptación del problema es
el primer paso para la recuperación. El uso de fármacos y psicoterapia es
recomendable para brindar apoyo al paciente y evitar las recaídas.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Convivir con una mascota
A la mayoría de personas les
gustan los animales aunque no todos tienen o han tenido, alguna vez, una
mascota. No obstante, los que comparten su vida con algún perro, gato, conejo,
ave u otro animalito; saben lo afortunados que son.
Las mascotas traen múltiples
beneficios a las personas. El vínculo que se forma con estos pequeños
compañeros es diferente y especial. El cariño que brindan las mascotas es constante
y desinteresado. Siempre están allí para acompañar y acurrucarse junto a su
“humano”. Y es que para disfrutar plenamente de una relación como esta no es
posible ser amo y tratar a los animales como una posesión más. Es un vínculo en
el que se da y se recibe por igual.
Compartir la vida con una
mascota es, ante todo, una responsabilidad. Es deber de las personas cuidar de
los animales a su cargo y cubrir todas sus necesidades básicas. A cambio, ellos
brindan compañía, sosiego, apoyo en momentos de pesar y alegría con sus tiernas
acciones.
Diversos estudios se han
centrado en los beneficios que traen las mascotas para la salud de las
personas, especialmente a los adultos mayores, al punto que se les considera
como una medicina preventiva. Acariciar una mascota produce efectos relajantes
en la persona, lo que favorece la disminución de la presión arterial. Además de
mitigar la soledad, también favorece que el adulto mayor se enfoque en el
cuidado de estos, estimule la comunicación y se sienta útil y motivado, lo que
beneficia la autoestima y bienestar psicológico general.
Todas las personas que
tienen la suerte de tener una mascota saben que, el solo hecho de verlas al
llegar a casa luego de un largo día, mejora instantáneamente su humor y permite
dejar de lado todos los problemas para disfrutar de un simple juego con una pelota,
cuerda o un palo de madera. Compartir con ellos ayuda a eliminar el estrés
cotidiano y promueve el ejercicio, además de estimular la expresión de
emociones.
Seguramente algunas personas
leerán estas líneas pensando en los gastos y dificultades que pueden
desprenderse de convivir con un compañero perruno o gatuno. Por supuesto es un costo extra, en
términos de dinero y obligaciones diarias con ellos. Además, no faltan los
amigos que señalen el mueble raído de la sala y sentencien que no se tendrá
nunca una casa decorada cual revista que se pueda presumir; pero lo que
probablemente piensan los amantes de las mascotas, es que ningún sillón les
producirá nunca la felicidad que le brindan esos compañeros de cuatro patas.
domingo, 17 de noviembre de 2013
Dinero y felicidad
Varias frases populares
asocian la felicidad con el dinero: “el dinero no da la felicidad pero es lo
que más se acerca a ella”, “el dinero no brinda felicidad pero ayuda a
comprarla” o “el dinero no puede hacer que seamos felices pero es lo único que
nos compensa de no serlo”. Si bien se repite una y otra vez que el dinero no
asegura la felicidad, todos estos los refranes terminan asociándolo a una
suerte de remedio o sustitución de esta. El mundo está organizado de tal forma
que se tiende a pensar que ser felices está directamente relacionado a tener
objetos materiales. Si esa es la definición de la felicidad entonces el dinero
es vital para alcanzarla. Es cierto que un sueldo alto puede cubrir las
necesidades básicas y brindar tranquilidad a las personas para disfrutar de
diversos aspectos de su vida pero allí termina la relación. Si no fuese así,
los millonarios serían felices y los pobres infelices e innumerables veces
observamos lo contrario. La felicidad está asociada a la satisfacción personal.
La gente más feliz es la que se siente plena con lo que logra y disfruta de
ello. Tiene que ver más con una actitud optimista hacia la vida y la capacidad
de valorar cada momento.
Seguridad en redes sociales

Oficina móvil

Las tecnológicas actuales permiten que los trabajadores puedan avanzar
sus tareas desde casi cualquier lugar: un café, el comedor de su casa o incluso
su cama. Para diversos trabajos solo se necesita una computadora portátil y
redes de internet inalámbricas.
Ello permite flexibilizar horarios y facilitar la productividad pero
puede traer también algunas desventajas. ¿Es conveniente trabajar en espacios
que no son exclusivamente destinados a las labores de oficina?
En términos generales, contar con un espacio físico cómodo, iluminado y
sin ruido o distracciones permite concentrarse mejor en las actividades
laborales que se realizan. Las oficinas cuentan con estos requisitos lo que
favorece el trabajo operativo y organizado.
No obstante, si sus funciones laborales requieren de ideas creativas e
innovadoras, es probable que se beneficie de cambiar de locación. Para
trabajar en equipo se puede optar por una sala de reuniones o una cafetería. Si
una negociación se estanca, cambiar la ubicación puede también ser favorable;
pero cuando se trata de trabajo administrativo, trabajar individualmente desde un
lugar concurrido puede ser difícil.
Trabajar desde casa puede
traer también diversas dificultades si uno no logra hacerse un horario y
cumplirlo. Si no se tiene la disciplina necesaria se tiende a dedicar más tiempo
a actividades domésticas o a tomar demasiados descansos. Las interrupciones de
los hijos, las llamadas de teléfono o los cortes constantes para un bocadillo
pueden impedir que complete las metas que se había propuesto.
Cada actividad tiene su
momento y espacio adecuado. Puede realizar las tareas que requieren de mayor
concentración en un escritorio o lugar aislado para no ser interrumpido y
utilizar las mañanas cuando sus hijos están en el colegio y dejar el tiempo
suficiente para dedicarles por la tarde. Algunas personas tal vez prefieren
trabajar por la noche cuando no hay interrupciones. Así que no hay nada dicho. Cada
persona tiene sus propias características y debe tomarlas en cuenta para
elaborar el esquema que más le favorece y concuerda con su tipo de trabajo.
martes, 29 de octubre de 2013
Octubre
Las tradiciones
familiares no se rompen fácilmente excepto cuando es indispensable hacerlo
porque todo tu ser lo pide a gritos y es necesario para tu bienestar emocional.
En dichos casos, no importa qué tan joven seas. Eso comprendí un día de
octubre. Hasta ese momento había ido a Acho sin quejarme y con una
serena indiferencia. Me la pasaba entretenida jugando en las gradas y cuando
mostraba signos de aburrimiento me atiborraban de chocolates, queques y otras
golosinas que devoraba con deleite; hasta aquel día en que atendí al
espectáculo, esa degradante y cruel función. La sangre chorreaba por ambos
lados del lomo del pobre animal y unas varillas incrustadas lo hacían
retorcerse de dolor. Su aspecto denotaba cansancio, sufrimiento; y no pude
evitar imaginar lo que podría sentir el solitario toro en medio de la plaza. El
dulce de turno permanecía en mis manos a medio acabar pero solo una sensación
displacentera persistía y quedó marcada en mi memoria. Han pasado más de
treinta años y aún puedo evocar con claridad y tristeza ese día, el último que asistí a
una corrida de toros.
jueves, 24 de octubre de 2013
Problemas para despegar
En EEUU y los países europeos
es común que los jóvenes salgan de casa apenas cumplen la mayoría de edad para
vivir solos. Quedarse con los padres tiende a ser motivo de burla, como ocurre
en una comedia en la que los padres contratan a una novia para que su hijo deje
la casa.
En el Perú, por el contrario,
se estila que los hijos e hijas continúen viviendo con sus padres hasta que forman
una nueva familia. E incluso en esos casos, algunas veces traen a su pareja a
vivir a la casa familiar.
Es cierto que las
dificultades económicas y la falta de oportunidades laborales no dejaban otra
alternativa a los jóvenes durante muchos años. Sin embargo, esta conducta
particular va más allá de un problema de presupuesto. Hoy existen más
oportunidades para trabajar en diferentes rubros que en las décadas pasadas y
la costumbre de vivir con los padres continúa arraigada.
Tampoco se puede atribuir el
hecho a inmadurez o falta de autonomía solamente, aunque en varios casos podría
tratarse de cierto temor a crecer y hacerse cargo de sí mismos. Es más sencillo
estar bajo la protección de los padres, y que ellos mantengan las
responsabilidades domésticas, aunque ello pueda significar tener menos
independencia y privacidad en la vida cotidiana.
Evidentemente no hay un solo
factor causal, cada caso es particular. No obstante, un aspecto que también hay
que tomar en cuenta es el factor social. La cultura patriarcal pone su cuota en
esta costumbre de no dejar la casa familiar. Si bien han cambiado algunos
estereotipos y hay mayor libertad para hombres y mujeres; aún permanecen en el
chip colectivo algunas ideas machistas como que las mujeres deben salir de la
tutela paterna para pasar a la tutela del esposo. Una mujer que se anima a
vivir sola es mirada con sospecha e incluso mal vista en algunos sectores.
Por otro lado, los hombres que
han sido criados para ser atendidos, no se animan a dejar los mimos de la
madre, quien lava, plancha y cocina, para hacerlo todo él mismo. Prefieren
esperar hasta encontrar una mujer que la reemplace y se encargue de él en lo
doméstico.
Ambos sexos están reforzados
por el entorno y generalmente son los mismos padres los que se preocupan por
quién se va a encargar de sus hijos o hijas cuando vivan solos. Felizmente
también hay otros discursos y patrones de crianza que reman hacia otra
dirección porque independizarse económica y emocionalmente de los padres indudablemente
permite un gran crecimiento personal a todos y todas.
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Dulce adicción
Una melodía pegajosa y
repetitiva, los ojos fijos en la pantalla repleta de caramelos multicolores, la
atención enfocada en eliminar gelatinas y uno solo puede pensar: ¿en qué mala
hora me metí a jugar esto? Si usted también ha sido atrapado por Candy Crush,
pasa todos sus momentos libres alineando dulces y cuando deja de jugar
intercambia caramelos en la mente, probablemente se preguntará ¿qué hace a este
juego tan adictivo? Básicamente se trata del mismo proceso que provoca jugar en
el casino, en los videojuegos u otros similares. La gratificación inmediata que
produce ganar y pasar de nivel busca ser repetida constantemente. El refuerzo (ganar
la partida), que se da en un intervalo variable (no sabemos cuándo vamos a lograrlo)
mantiene a la persona tratando una y otra vez hasta conseguir el éxito. Además
se ha señalado que esta urgencia por resolver el juego está relacionada a un
fenómeno llamado “Efecto Zeigarnik” que genera tareas incompletas que necesitan
solucionarse. Otros aspectos influyen también en el mantenimiento de la
conducta de jugar como la obligación de esperar cuando se acaban las “vidas” (lo
que suscita una suerte de síndrome de abstinencia) y la competencia permanente
con los amigos; sin dejar de lado la música que casi hipnotiza. Todo un reto
mantenerse alejado.
lunes, 21 de octubre de 2013
¿Es beneficioso o perjudicial repetir el año?

En la mayoría de colegios la
repitencia escolar es un tema común y usualmente se considera responsabilidad exclusiva
del alumno. Es el estudiante el que debe dar la talla y rendir igual que el
resto. Sin embargo, estudios pedagógicos señalan que cada niño aprende a su
ritmo y de manera diferente. Por lo tanto, lo ideal es acompañarlos en su proceso
de aprendizaje particular sin presionarlos para que logren su máximo potencial.
Lamentablemente el sistema educativo actual, que generalmente es masivo, no
permite el seguimiento cercano de cada alumno. Los que se quedan atrás deben
volver a estudiar todo el programa una vez más.
¿Es esto beneficioso o
perjudicial? Se puede alegar que si el alumno no ha aprendido los contenidos necesarios
que le corresponden, lo recomendable es que haga otro intento. No obstante, si
las condiciones son las mismas, es probable que el fracaso se dé una vez más.
Por ello, es necesario examinar cuáles son las dificultades y en qué áreas se
expresan para intervenir oportunamente y lograr un cambio real.
Lo ideal, por supuesto, es
prevenir la repitencia y actuar desde los primeros meses del año. Si el colegio
no brinda una atención especializada entonces será recomendable buscar un
especialista que programe un trabajo focalizado para llenar los vacíos
académicos y mejorar el aprendizaje del niño.
Es importante tomar en
cuenta que la repitencia puede traer más dificultades al alumno si no se le
brinda el soporte educativo y emocional necesario. Pueden manifestar problemas
de comportamiento, baja autoestima, desadaptación socio-emocional con sus
compañeros (tendrá que integrarse a un nuevo grupo además de concentrarse en su
desempeño académico). Todo ello puede afectar sus logros, justamente en las
áreas que debe reforzar.
Por ello, lo más
recomendable es hacer un balance de pros y contras. Si por ejemplo, el alumno
es menor que el resto de sus compañeros o su nivel madurativo no permite que afronte
los retos del año, estará en desventaja con el grupo y ello lo puede llevar a
fracasar en algunas áreas. En estos casos, será mejor colocarlo en el nivel que
le corresponde lo más temprano posible.
Interacciones virtuales

Las redes sociales se han
vuelto el escenario en el que se encuentra gente, se forman parejas y hasta se
terminan relaciones. Cuando conocen a alguien en una fiesta, los jóvenes se
añaden a diversas redes sociales inmediatamente y quedan en “encontrarse” en el
chat para conversar. El espacio virtual es ahora el “nuevo barrio”.
Más allá de juzgar esta
modalidad (a los adultos que no están inmersos en este mundo les cuesta
entender esta nueva dinámica); sería provechoso
intentar entender por qué las redes sociales han ganado tanto espacio entre los
adolescentes. Por supuesto, es un fenómeno complejo que no responde a un solo
factor causal pero aquí algunas hipótesis.
Para muchas personas es más
sencillo relacionarse a través de una pantalla, especialmente al inicio de una
relación. Las señales no verbales que usualmente te delatan en las primeras
citas están cubiertas. No quedan expuestos los nervios, la timidez, el rubor en
el rostro. Ello permite, además, que algunos se animen a hablar más de ellos
mismos.
El mundo virtual plantea una
paradoja, uno se siente lejos, y a la vez, cerca del otro. Esto facilita la aproximación
en cierta medida pero puede conllevar riesgos también porque los límites se
vuelven difusos en esta nueva realidad compartida (virtual); lo que lleva a mostrar,
en ocasiones, más de lo que se quisiera amparados en la “distancia” geográfica
y a la vez, animados por la “cercanía” emocional que se experimenta en ese espacio.
Además la inmediatez que
permite una interacción constante satisface la necesidad de estar “conectado”
con otros permanentemente y no deja sentir la falta, aunque ello puede resultar
más perjudicial. Es saludable mantener cierta distancia que preserve la
individualidad. Se debe aprender, también, a estar solo con uno mismo. Además
es imprescindible consolidar los vínculos en la realidad. Es allí donde es
posible corroborar la atracción mutua, las intenciones reales del otro y la
profundidad de la relación. Felizmente la mayoría de personas son capaces de
utilizar conscientemente los medios virtuales y construir una intimidad física
y emocional adecuada en el mundo real.
¿Halloween o canción criolla?
Se suele criticar que Halloween es una celebración comercial y
extranjera que no se debería copiar aquí y que lo que se debe celebrar es el
Día de la Canción Criolla como buenos peruanos; y probablemente sea lo más
adecuado. Pero no hay duda que para los niños resulta más atractivo llenar
bolsas de dulces y disfrazarse.
El carácter tenebroso
también atrae a muchos niños y adultos que disfrutan de las películas de terror
y los cuentos de fantasmas, aunque ello puede asustar a otros, especialmente a
los más pequeños. En otros países como México, hay una celebración especial
para el día de los muertos. Aquí la celebración no está tan extendida y se
mantiene casi exclusivamente en la sierra.

Es importante que se les
brinde a los niños la posibilidad de festejar lo nuestro pero sin prohibir
otras opciones. Si sus amigos organizan una fiesta de disfraces o una salida
por el barrio a recolectar caramelos, impedirle a sus hijos ir, solo les traerá
malestar y probablemente sientan que son los únicos que no participan ni
encajan en el grupo en ese momento.
Felizmente hay otros
contextos en los que es posible promover la música peruana. Es probable que en
las familias y los colegios (por lo menos algunos) se realicen eventos para
conmemorar el Día de la Canción Criolla. Esa es la mejor manera de impulsar
nuestras costumbres y aprender de nuestro legado cultural.
No obstante, otras escuelas
solo celebran Halloween u optan por hacer una mezcla que refleja una suerte de
sincretismo cultural. Ello no tiene nada de extraño; la misma celebración de
Halloween, que tiene sus orígenes hace más de dos mil años ha ido incorporando
elementos diversos y superponiéndose a diferentes celebraciones.
Lo más recomendable es
darles a los niños la información sobre una y otra celebración, contarles el
origen de ambas y la tradición envuelta en cada una. De esta manera aprenderán
más de ambas celebraciones.
Al final, lo importante es
ayudarlos a formar un pensamiento crítico para que ellos decidan con libertad
en esta disyuntiva como en cualquier otra situación más trascendental de sus
vidas.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Autoestima

martes, 1 de octubre de 2013
El dinero y los niños
Todos los que tienen hijos
saben lo importante que es inculcarles principios morales y normas para vivir
en sociedad y relacionarse satisfactoriamente con otras personas. Valores como
la honestidad, la responsabilidad, la colaboración, entre otros; son
indispensables en la formación de los niños y adolescentes.
La familia, la escuela y la
sociedad son los principales agentes socializadores, que en mayor o menor
medida, trasmiten los principios con los cuales guiar la propia conducta, así
como los ideales a los que aspirar en nuestro contexto social.

Algunos padres optan por pagar
a los hijos por realizar diferentes tareas en el hogar como lavar el carro,
dictar clases a los hermanos u otras. Cada familia se organizará de diferente
manera y tendrá sus propias costumbres, patrones de relacionamiento y
negociación. No obstante, es imprescindible diferenciar las responsabilidades
propias de cada niño, las tareas que cada miembro debe realizar como parte de
la familia y lo que se considera un “trabajo extra” ocasional fuera de los deberes
habituales.
Por ejemplo, cada niño debe
ir aprendiendo desde pequeño a hacerse cargo de su aseo personal y sus
pertenencias. A medida que va creciendo puede ir asumiendo algunas tareas en la
casa como botar la basura, ir a comprar o ayudar con alguna otra labor
doméstica. Estas actividades que son parte de la rutina y la organización
familiar no deberían ser pagadas. Si usted empieza a darles dinero por ordenar
su cuarto, hacer la tarea o terminar el almuerzo, pronto sus hijos creerán que
toda recompensa es monetaria y no harán nada sin ganar dinero.
Lo que es peor, no aprenderán
valores como colaboración y responsabilidad. En estos casos es necesario que
las recompensas sean sociales. Es decir, brindarles un reconocimiento verbal o
un premio simbólico (no monetario) por su ayuda. Ello no impide que promovamos
iniciativas para ganar dinero con otras actividades ocasionales como ayudar en
el trabajo de los padres, vender manualidades u otras alternativas de acuerdo a
su edad; pero no olvide siempre tener en perspectiva los valores que está
promoviendo.
Niños independientes, adultos autónomos

Desarrollar
la independencia de los hijos es una meta que requiere constancia, visión a
futuro y seguridad. No es sencillo para la mayoría de padres dejar a sus hijos
libres y permitirles hacer las cosas sin ayuda. Usualmente, quieren protegerlos
de todo peligro y evitarles equivocaciones, riesgos o cualquier dolor.
No
obstante, es necesario confiar en ellos, brindarles la seguridad y tranquilidad
necesaria para que sientan confianza y aprendan a valerse por sí mismos. Ello
no quiere decir, por supuesto, dejar de observarlos y cuidarlos; pero debemos darles
cierto espacio de libertad para que puedan descubrir el mundo y logren ser más
autónomos.
Cada
edad traerá para el niño nuevos retos que conquistar y logros que cumplir. Es
fundamental motivarlos a que tomen la iniciativa para ser más independientes.
Desde que comienzan a caminar, los niños se sienten más seguros de su cuerpo y
sus movimientos. Es importante reforzar sus éxitos. Ello beneficiará su
autoestima y los alentará a intentar nuevas metas.
Tome
en cuenta la edad del pequeño para animarlo a completar tareas sencillas que
sea capaz de hacer. Aunque no las haga bien al inicio, es importante que se
sienta capaz de hacerlas para su desarrollo emocional y social.
En
relación a esto, Erikson plantea ocho etapas de desarrollo psicosocial del
ciclo vital. Cada una refleja una crisis entre el logro de una meta y el
fracaso en ella. En la niñez temprana el fin es desarrollar la autonomía. Si el
niño es frustrado en sus intentos de definir su voluntad puede quedar atrapado
en la vergüenza y en la duda. En la siguiente etapa el niño estará orientado a
desarrollar su iniciativa. De igual manera, si se le restringe en sus
actividades, sentirá culpa y se inhibirá en lo sucesivo, lo que perjudicará su
espontaneidad y creatividad.
Los
niños son capaces de hacer más cosas de las que uno cree. Suba las expectativas
de acuerdo a su edad y sus limitaciones. Refuerce lo positivo y trasmítale
siempre confianza en que ellos pueden hacerlo. Evite hacer por ellos las
actividades que puedan hacer solos. Si lo viste, le da de comer en la boca y lo
baña cuando el niño ya está listo para hacerlo sin ayuda, solo fomentará la
dependencia. No critique la manera de hacer las cosas de su hijo, cada uno
tiene su propio estilo de resolver problemas y él necesita encontrar su propio
modo. Recuerde que un niño independiente se convertirá en un adulto autónomo.
La campaña empieza en casa

Los padres son los
principales actores en la crianza de los niños. No solo les enseñan a dar y
recibir afecto, socializar, seguir las normas y conducirse de manera adecuada
en la vida; también les enseñan hábitos alimenticios y les brindan el ejemplo a
la hora de escoger un bocadillo. Cada familia tiene costumbres particulares en
cuanto a la comida y estos hábitos se establecen desde la infancia.
Si se busca mejorar la
calidad nutricional de las loncheras escolares es necesario trabajar con los
padres para ayudarlos a cambiar los hábitos alimenticios familiares que sean
perjudiciales. Son los padres los que preparan las loncheras de sus hijos desde
pequeños y no siempre tienen la información adecuada o el tiempo disponible
para ello.
Todos los padres coincidirán
en que lo único que quieren hacer al llegar a casa después de un largo día de
trabajo es comer alguna cosa y descansar. Pensar en alternativas variadas y
saludables para la lonchera del día siguiente, puede resultar pesado a menos
que tengamos alguien que se encargue específicamente de eso. Generalmente se
opta por productos envasados y bocadillos azucarados que además son más
aceptados por los niños. La preocupación porque coman algo durante las largas
horas que pasan en el colegio, puede llevarlos a escoger alternativas poco
adecuadas. Y siendo sinceros, incluso los padres optan por bocadillos rápidos cuando
tienen unos minutos libres en el trabajo.
Lamentablemente la comida
chatarra puede resultar más apetitosa que la natural, especialmente si se está
acostumbrado a consumirla. Por ello es importante que se habitúe a los niños
desde pequeños a opciones más saludables. Cada vez que coma verduras y frutas
sus hijos seguramente seguirán su ejemplo. Si en su casa se come siempre
saludable, los niños estarán acostumbrados a alimentarse bien y tendrá más
probabilidades de que acepten menús saludables en la lonchera. Es un trabajo
extra y constante pero vale la pena a largo plazo.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Los niños y el divorcio

viernes, 6 de septiembre de 2013
Presión social y trastornos alimenticios

Una imagen vale más que mil
palabras dice el dicho y la apariencia parece importar más que el interior de
las personas en la actualidad. En la sociedad occidental, los patrones de
belleza son rígidos y estereotipados. Basta hojear cualquier revista, ingresar
a internet o ver la televisión para ser conscientes que hay un tipo de belleza
que se privilegia sobre las demás. La delgadez, la estilización y las facciones
perfectas (cirugías de por medio generalmente) se repiten una y otra vez en la
pantalla.
No hay espacio para la
diferencia, la originalidad o la imperfección en el mundo actual. Todos aspiran
a alcanzar los patrones ideales y ello afecta principalmente a los adolescentes
que están lidiando con cambios físicos y emocionales profundos. Se sienten
inseguros de su apariencia, temen no ser aceptados. Tener el cuerpo ideal es
sinónimo de éxito social, y en muchos casos, están dispuestos a recurrir a
cualquier sacrificio para lograrlo.
Ello es lo que explica que
gran cantidad de muchachas se sometan a dietas estrictas y se obsesionen con su
peso corporal. No todas desarrollarán desórdenes alimenticios, ello dependerá
de diversos factores genéticos, personales y familiares; pero la presión social
que ejercen los medios de comunicación puede volverse el detonante principal
para las más vulnerables.
Las páginas web que brindan
trucos para ceñirse a dietas estrictas, controlar lo que comen y purgarse,
reflejan cuán extendida y desesperada es la búsqueda por lograr la meta del
cuerpo perfecto aunque sea a costa del bienestar físico y emocional. La presión
del grupo puede influir en el ingreso a estas páginas. Si todas lo hacen, ellas
también deben hacerlo.
Tal vez se pregunte cómo es
posible que atenten contra su salud de esa manera. La respuesta puede estar relacionada
a las características del pensamiento adolescente que los lleva a centrarse en
sí mismos, vivir el momento y tener dificultades para adelantarse a las
posibles consecuencias de sus actos. Piensan que la enfermedad y la muerte es
algo que les ocurre a otros, no a ellos. Ser aceptados por sus pares y lograr
el éxito social son sus metas principales. La tarea de los padres y de la
sociedad es mostrarles la manera saludable para lograrlo.
Tener tino

martes, 3 de septiembre de 2013
Espacio de expresión
La niñez siempre se asocia
con una etapa idílica de juegos, sueños y fantasías. Una fase en la que todo es
diversión y no existen responsabilidades ni problemas; pero la niñez, como
cualquier otra etapa, viene también con dificultades, preocupaciones y temores.
No obstante, cuando los
niños viven en hogares funcionales en los que se ha construido un vínculo de
apego seguro, la comunicación entre padres e hijos es fluida y la contención
emocional es adecuada; las crisis de desarrollo típicas de la infancia serán
atendidas y minimizadas. En un clima de afecto y confianza es posible hablar si
se presenta un problema.
Lamentablemente, en otros
hogares ser niño no es nada fácil y las vivencias diarias de algunos se alejan
muchísimo de lo requerido para un desarrollo emocional saludable. El maltrato
emocional y físico, la negligencia e incluso la violencia sexual, pueden ser
parte de la vida cotidiana de un grupo de niños.
¿Cómo lidiar con algo así?
¿Cómo entender que tus propios padres o familia te maltraten? ¿Cómo hablar de
lo que ocurre en la escuela? La situación de estos niños es delicada ya que
dependen completamente de esos padres que los tratan mal o que están tan
alejados emocionalmente de ellos que no se dan cuenta de lo que les ocurre
dentro o fuera de casa. Unido a ello, el temor a hablar de algo que avergüenza
o que puede traer consecuencias negativas como perder el cariño de los padres o
perjudicar a su familia de alguna forma, también está presente.
Sin embargo, la necesidad de
expresar lo vivido es urgente. Para ello se requiere de un espacio en el que
puedan confiar, con adultos que le brinden seguridad y soporte emocional. Esto
es lo que puede ofrecer un proceso psicoterapéutico pero para eso, es necesario
que los padres detecten algún malestar en el niño y se preocupen por buscar la
ayuda necesaria.
¿Y quién socorre a los niños
que tienen problemas que no se atreven a contar a sus padres o que son fruto de
la relación con estos? Un espacio de escucha gratuito como el que ofrece el
Teléfono de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) les da la posibilidad
a esos niños de expresar sus dificultades, hablar de sus vivencias y recibir
una contención emocional momentánea. Además les brinda algunas herramientas
para afrontar sus problemas y buscar salidas adecuadas a sus recursos. Para
todos esos niños que sienten que nadie los escucha, una llamada a este teléfono
puede hacer la diferencia.
Etiquetas:
ANAR,
comunicación,
dificultades en el hogar,
espacio de expresión,
expresión de emociones,
familia,
niñez,
relación padres e hijos,
vínculo
Celos entre hermanos
Los celos son esa experiencia subjetiva de malestar
y frustración que se desencadena cuando una persona se siente en peligro de
perder el cariño de alguien; o cuando percibe, con fundamentos reales o
irreales, que no es el favorito de la persona amada. Todas las personas han
sentido aquella sensación en algún momento de su vida.

Existen diferentes factores que contribuyen a la
aparición de los celos. La etapa evolutiva que atraviesan los niños, el estilo de
crianza de los padres o incluso el temperamento particular de cada hijo.
Los más pequeños pueden tener más dificultades para
lidiar con su fastidio cuando nace un hermano y tenderán a expresarlo mediante
diversas conductas como llanto, terquedad o el retroceso en algunos logros; los
niños más grandes generalmente tienen más posibilidades de modular sus celos y
expresar lo que sienten.
Los padres podrían fomentar los celos si hacen
preferencias entre los hijos. Sin embargo, cuando esto no ocurre, es probable que
los celos sean el resultado de la percepción subjetiva del niño por una mayor
necesidad de atención o inseguridad en relación al cariño de los padres.
Sea cual sea el motivo de los celos, siempre causan
malestar en los niños y es necesario brindarles ayuda para superarlos. Intente
averiguar qué los está motivando. Tenga en cuenta la historia del niño, la
situación familiar, si han aparecido recientemente o si responden a modos de
interacción cotidiana del niño.
Es imprescindible ayudarlo a elaborar sus
sentimientos y darle seguridad en el vínculo con los padres. Debe saber que se
le quiere incondicionalmente. Si es pequeño, ayúdelo a poner en palabras sus
sentimientos.
Algunas pautas útiles son: sea cuidadoso en
equilibrar la atención a cada hijo pero también explíqueles por qué se hacen
diferencias en algunos casos. Refuerce las conductas positivas e ignore las
conductas inadecuadas. Fomente las actividades en familia y enséñeles a tratar
bien a sus hermanos. Evite las comparaciones entre ellos. Fomente momentos para
compartir todos pero también dedique algunos momentos de exclusividad a cada uno.
No olvide que, finalmente, cada niño es diferente y tiene necesidades
particulares.
Se cosecha lo que se siembra

Así de importante es la
familia. El entorno en el que un niño se cría será su referente, sea cual sea el
que le toque. Por supuesto, no podemos juzgar a los demás; aunque hay algunos
grupos familiares más funcionales que otros, ninguna familia es perfecta. Cada una
tiene sus propias características, modos de interactuar y costumbres. Estos aspectos
particulares moldearán a los niños en su desarrollo y probablemente se transferirán
a las siguientes generaciones.
Por ello, es importante ser
conscientes de lo que se trasmite silenciosamente en el día a día. ¿Cuántas
veces se escucha a padres quejarse de algún hábito de su hijo o hija sin caer
en la cuenta de que es una conducta común en ellos mismos u otros familiares?
Los hijos aprenden de los
padres a través del ejemplo. Si se ha estado presente siempre como padres, los
hijos estarán ahí cuando los primeros envejezcan. Si los padres se dieron el
tiempo de compartir momentos de calidad con los hijos, estos aprenderán a
hacerlo con ellos y con la familia que formen en el futuro.
Cuando los hijos crecen y se
van a vivir solos o se establecen con una familia propia, algunos se mantienen
en contacto constante y se reúnen frecuentemente con sus padres y familiares; mientras
en otros casos, permanecen distantes y pueden pasar muchos días sin saber unos
de otros. ¿De qué depende esto?
Se cosecha lo que se
siembra. Si se han construido vínculos sólidos basados en el afecto, la
preocupación por el otro y se ha incentivado la necesidad de compartir el
tiempo con la familia, lo más probable es que los hijos lo asimilen y lo
demuestren devolviendo el mismo cariño e interés en su familia.
No se le puede pedir peras
al olmo dice el dicho popular y esto puede aplicarse también a las relaciones
familiares. Si desea enseñarles a sus hijos la importancia de pasar el tiempo
con sus seres queridos, póngalo usted en práctica constantemente. Aproveche
todas las ocasiones para reunirse con la familia y establezca sus propias
costumbres y tradiciones. Siembre ahora.
domingo, 18 de agosto de 2013
¿Cómo celebrar el día del niño?
El Día Universal del Niño fue
establecido por la Asamblea General de la ONU con la finalidad de llamar la
atención de la sociedad sobre las necesidades específicas de este grupo. Diversas
instituciones, encabezadas por la UNICEF en cada país, emprenden campañas cada
año con actividades artísticas, recreativas y deportivas para recordar la
importancia de brindar a los niños y niñas una vida plena en la que se respeten
todos sus derechos.
Sin embargo, el objetivo de este día ha
sido tergiversado, a tal punto, que ha pasado a ser una mera celebración
comercial. Las personas quedan atrapadas en la vorágine de la publicidad y
terminan pensando que regalar un juguete es lo más adecuado cada tercer domingo
de agosto.
¿Por qué celebrar el día del niño?
Seguramente algunos pensarán que no es
necesario celebrar un día a los niños si todos los días son para ellos y son la
prioridad número uno de las familias. No obstante, muchísimos niños en el Perú aún
viven en condiciones paupérrimas y tienen recortados sus derechos
permanentemente. Hay otros más que a pesar de contar con sus necesidades
básicas cubiertas no acceden a todas las oportunidades de desarrollo que
podrían tener; y todos viven en una sociedad insegura por las altas tasas de
criminalidad en el país.
Este día es para recordar que aún debemos
mejorar la calidad de vida de todos los niños y niñas. Estos requieren de
protección y es responsabilidad de los adultos brindársela. Necesitan el amor y
el cariño de una familia que les dedique cuidados y soporte emocional para que
puedan alcanzar su máximo potencial. Los niños además tienen derecho a la
educación, a participar en actividades culturales, a tener espacios de
recreación en los que puedan jugar libremente y sin peligro. Precisan de un
ambiente saludable en el que puedan crecer libres de violencia familiar y
social; y de un país que les provea las oportunidades de desarrollar y crecer
con esperanza y optimismo hacia el futuro.
¿Cómo celebrar el día del niño en
familia?
La mejor opción es brindarles toda la
atención a sus pequeños durante su día (y ello no quiere decir darles todo lo
que pidan); más bien se trata de escucharlos de verdad, acompañarlos y
compartir con ellos las actividades que prefieran, aprovechar para conocerlos
un poquito más, comprenderlos mejor, brindarles afecto y recordarles lo
importantes que son en sus vidas.
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