miércoles, 19 de agosto de 2009

El Mito del Héroe. ¿Y las Heroínas?


Este ensayo tiene como propósito analizar el Mito del Héroe desde la perspectiva de género. Tanto en el libro de Rank (1909) como en el de Campbell (1949), se toma como prototipos de héroes a personajes masculinos y sólo se mencionan a algunas heroínas de forma limitada, y en la mayoría de casos, incluidas dentro del concepto de héroe.

Dado esto, el objetivo que persigo es encontrar si las heroínas están sujetas a la misma evolución que el héroe según los postulados de Rank y Campbell, o hay diferencias significativas que nos permitirían hablar de un “Mito de la Heroína” aparte.

Para llevar a cabo este análisis, he tomado tres personajes femeninos. Antígona, que corresponde a la mitología clásica griega, Juana de Arco, un personaje histórico, y; Blanca Nieves, heroína proveniente de la “fantasía”.

Se podría objetar la inclusión de estos personajes. Sin embargo, Juana de Arco a pesar de ser un personaje histórico está impregnada también de las creencias de la época, lo que le da características de leyenda. Blanca Nieves por otro lado, es parte de los cuentos de hadas, que según Campbell (1949) comparten el mismo origen que los mitos.

Ahora ¿estos personajes pueden ser clasificados como heroínas? Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra heroína proviene del griego ήρωϊνη y tiene tres acepciones: a) Mujer ilustre y famosa por sus grandes hechos, b) Mujer que lleva a cabo un hecho heroico, y c) Protagonista de una obra de ficción.
De acuerdo a esta definición, los tres personajes pueden ser catalogados como heroínas.

Campbell (1949) habla del héroe e incluye a personajes masculinos y femeninos en su definición: “El héroe, por lo tanto, es el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones históricas personales y locales y ha alcanzado las formas humanas generales, válidas y normales.”

Por otro lado, a pesar de haber diferencias entre el mito y el cuento de hadas, como lo señala Bettelheim (1977), estas diferencias se centran en algunos aspectos solamente, como el final de la historia. El cuento de hadas tiene casi siempre un final feliz a diferencia del mito. Además el mito nos trasmite el sentimiento de que se da un hecho único, que no podría haberle ocurrido a ninguna otra persona; en cambio lo que ocurre en el cuento de hadas, a pesar de ser improbable e insólito, se presenta como algo que podría sucederle a cualquier persona.

Sin embargo, Bettelheim (1977) a pesar de centrarse en las diferencias entre uno y otro, observa que muchos autores señalan que ambos, el mito y el cuento de hadas tienen un origen común: “…los mitos y los cuentos de hadas derivaron de, o dan expresión simbólica a, ritos de iniciación u otros ritos de pasaje, tales como la muerte metafórica de un yo, viejo e inadecuado, para renacer en un plano superior de existencia.” Campbell (1949) señala: “…los símbolos de la mitología no son fabricados, […] Son productos espontáneos de la psique y cada uno lleva dentro de sí mismo, intacta, la fuerza germinal de su fuente.”

Campbell (1949) se centra en las semejanzas entre los mitos y los cuentos de hadas. Señala que los mitos como los cuentos de hadas, parten de una historia común, un monomito. “Es asunto propio de la mitología y de los cuentos de hadas revelar los peligros específicos y las técnicas del oscuro camino interior que va de la tragedia a la comedia.”

Rank (1909) habla de una leyenda patrón que comparten la mayoría de los mitos sobre el nacimiento del héroe y en la que se basan otros mitos, cuentos de hadas y novelas literarias, entre otras. “Innumerables cuentos de hadas, relatos y poemas de toda época, hasta la literatura dramática y novelística más reciente, muestran importantes temas individuales, bien diferenciados, de este mito.”

Rank (1909) describe los hechos que se dan alrededor del nacimiento del héroe y describe muchas historias que parten del mismo prototipo. “…los mitos […] son estructuras de la facultad humana de la imaginación que en determinada época fueron proyectadas, por ciertas razones a la esfera celeste”. Rank (1909) señala que muchos autores plantean el mismo origen para el cuento de hadas.

La leyenda patrón que describe Rank (1909) es la siguiente:
“El héroe desciende de padres de la más alta nobleza; habitualmente es hijo de un rey. Su origen se halla precedido por dificultades, tales como la continencia o la esterilidad prolongada, o el coito secreto de los padres, a causa de prohibición externa u otros obstáculos. Durante al preñez, o con anterioridad a la misma, se produce una profecía bajo la forma de un sueño u oráculo que advierte contra el nacimiento, por lo común poniendo en peligro al padre o a su representante. Por regla general, el niño es abandonado a las aguas en un recipiente. Luego es recogido y salvado por animales o gente humilde (pastores) y amamantado por la hembra de algún animal o una mujer de modesta condición. Un vez transcurrida la infancia, descubre su origen noble de manera altamente variable; y luego, por un lado, se venga del padre, y por el otro, obtiene el reconocimiento de sus méritos, alcanzando finalmente el rango y los honores que le corresponden.” (p. 79-80)

Campbell (1949), por otro lado, describe un monomito que se centra en las aventuras del héroe, desde su llamado hasta el regreso:
“El héroe mitológico abandona su choza o castillo, es atraído, llevado o avanza voluntariamente hacia el umbral de la aventura. Allí encuentra la presencia de una sombra que cuida el paso. El héroe puede derrotar o conciliar esta fuerza y entrar vivo al reino de la oscuridad (batalla con el hermano, batalla con el dragón; ofertorio, encantamiento), o puede ser muerto por el oponente y descender a la muerte (desmembrado, crucifixión). Detrás del umbral, después, el héroe avanza a través de un mundo de fuerzas poco familiares, y sin embargo extrañamente íntimas, algunas de las cuales lo amenazan peligrosamente (pruebas), otras le dan ayuda mágica (auxiliares). Cuando llega al nadir del periplo mitológico, pasa por una prueba suprema y recibe su recompensa. El triunfo puede ser representado como la unión sexual del héroe con la diosa madre del mundo (matrimonio sagrado), el reconocimiento del padre-creador (concordia con el padre), su propia divinización (apoteosis) o también, si las fuerzas le han permanecido hostiles, el robo del don que ha venido a ganar (robo de su desposada, robo del fuego); intrínsecamente es la expresión de la conciencia y por ende del ser (iluminación, transfiguración, libertad). El trabajo final es el del regreso. Si las fuerzas han bendecido al héroe, ahora éste se mueve bajo su protección (emisario); si no, huye y es perseguido (huída con transformación, huída con obstáculos). En el umbral del retorno, las fuerzas trascendentales deben permanecer atrás; el héroe vuelve a emerger del reino de la congoja (retorno, resurrección). El bien que trae restaura al mundo (elíxir).” (p.223-224)


Ambos autores señalan que cada historia enfatiza algunos aspectos del prototipo y puede suavizar o eliminar otros, pero siguen el mismo patrón en todos los casos. Además, se van cambiando algunos aspectos a la luz de las creencias locales y la época.

Tomando estas dos descripciones de la historia del héroe empezaremos a analizar a nuestras heroínas.

Antígona
Antígona es hija de Edipo, nacida de la unión con su madre, Yocasta. Antígona acompañó a su padre ciego, tras su destierro de Tebas. Cuando sus hermanos, Polinices y Eteocles, murieron uno a manos del otro, luchando por el reino de Tebas, Creonte, hermano de Yocasta, asumió el reino y prohibió el entierro de Polinices por ser el agresor. Antígona se negó a aceptar esta prohibición y honró el cadáver de su hermano con un funeral simbólico, pero fue descubierta y por orden de Creonte, emparedada viva, aunque estaba prometida a su hijo Hemón. Ella misma se colgó, y Hemón se apuñaló junto a su cuerpo (Howatson, 1999).
Sófocles escribió la obra Antígona (441 A.C. aprox.) que comienza luego de la prohibición del entierro de Polinices por Creonte. Vamos a basar nuestro análisis del personaje, en esta obra.

En la obra de Sófocles es claro que Antígona transgrede las leyes de su pueblo y las obligaciones de su sexo y se enfrenta al Rey-tirano, a pesar de saber que la posible consecuencia de sus actos será la muerte.

No puedo evitar pensar en la procedencia del nombre a la luz de sus acciones. El nombre Antígona me remite a Anti-góna (da) y buscando la etimología de ambas palabras encontramos lo siguiente: La palabra anti- viene del griego άντι que significa opuesto o con propiedades contrarias (Real Academia Española, 2001).
La palabra gónada viene también del griego γσνή que significa generación y el sufijo –άς, -άσος (Real Academia Española, 2001).
La palabra γσνή además tiene otras acepciones: nacimiento; procedencia, origen, linaje, familia, raza, gente, pueblo; descendencia, prole, posteridad; lugar de nacimiento, patria; generación, edad, época (Pabón de Urbina, 2000).

Podemos entonces, entender mejor el significado del nombre Antígona, que revela sus características: anti-origen (va en contra de su sexo) o anti-época (no sigue los patrones de feminidad), y anti-pueblo (ya que no comparte las leyes de su pueblo, de los hombres).

Analicemos las características de Antígona de acuerdo al mito del héroe. En primer lugar, observamos que Antígona procede de origen noble, es hija de reyes. Su nacimiento y el de sus hermanos estuvieron precedidos por la advertencia de un oráculo, pero no prevenía sobre ella sino sobre su padre. Sin embargo, la advertencia sobre la maldición que da el oráculo a Edipo, parece caer también sobre su descendencia. “Oh Ismene, mi propia hermana, de mi misma sangre, ¿sabes que Zeus no dejará de cumplir en nosotras ninguno de los males que nos vienen de Edipo mientras vivamos?.” Dice Antígona, y luego esto le es recordado por Corifeo “Llevaste tu osadía al colmo, y fuiste a caer con una gran caída sobre el alto pedestal de la Justicia, hija. Estás expiando alguna falta paterna.”

No tenemos muchos datos sobre su infancia sólo sabemos que acompaña a su padre en el destierro de Tebas. En este caso, el destierro lo escoge ella, pero igual que en la leyenda patrón, desaparece por un tiempo y luego regresa y enfrenta al rey-tirano. Su triunfo sería el recordar a todos que la ley divina está sobre la ley de los hombres. Que la igualdad y la justicia están por encima de los actos insensatos. “Con mucho, la sensatez es la primera condición de la felicidad. “

Es claro que Antígona no se conduce como es esperado en una mujer. Esto hace que se tome por sorpresa el hecho de haber sido ella la que se atrevió a desobedecer las órdenes. El enfado de Creonte se exacerba por este hecho: “A mí, mientras esté con vida, no habrá de mandarme una mujer. […] En consecuencia, he de prestar apoyo a las disposiciones dadas y no he de quedar vencido bajo ningún concepto por una mujer. Mejor es, si es preciso, sucumbir ante un varón. Así no se nos llamaría inferiores a una hembra.”

¿Por qué arriesgar su vida por su devoción al hermano? Pomeroy (1987) señala que el poder del hermano de la madre y los estrechos lazos entre hermano y hermana es un aspecto común en las sociedades matrilineales.
Frymer-Kensky (1992) señala que uno de los roles que se observan en los personajes femeninos de los mitos, las diosas por ejemplo, es la devoción a los hermanos como sucede con el mito sumerio de la diosa Amageshtinama. Esta al morir su hermano suplica que se lo devuelvan y por su gran amor a éste se le concede su resurrección en cierta época de cada año.
Otros roles típicos de las diosas son el rol de madre y el rol de mujer no domesticada como Innana. Luego, los cambios sociales y políticos y la predominancia del patriarcado, modificaron los mitos femeninos y sobrevivieron casi exclusivamente las diosas madres.

Antígona es una obra que expresa la conducta apropiada de hombres y mujeres. Pomeroy (1987) señala que debido a las limitaciones de la conducta femenina “normal”, las heroínas que actúan fuera de los estereotipos son señaladas como masculinas.

Las heroínas, por lo general, deben adoptar características del sexo dominante para lograr sus objetivos. Pomeroy (1987) resalta que en al obra de Sófocles, Antígona, utiliza un pronombre masculino para referirse a sí misma y también Creonte se refiere a ella de esa manera. “Yo no soy un hombre, ella es el hombre si hubiera logrado tal triunfo sin ser castigada.”

Antígona muestra sus características masculinas también en el hecho de preferir morir por un hermano y no por un esposo o por un hijo. “Muerto mi esposo, otro hubiera podido tener, y un hijo de otro varón si lo perdía. Pero estando padre y madre ocultos en el Hades, no hay hermano que pueda nacer jamás.” Sin embargo, al final de su vida, lamenta el hecho de morir virgen, soltera y sin hijos.

Por otro lado, a la luz del monomito de Campbell encontramos algunas semejanzas. La aventura de Antígona se inicia con la llamada de la aventura, la llamada de su conciencia. Antígona cruza el umbral a lo prohibido, no sólo por el entierro de su hermano, sino también cruza el umbral de lo esperado para su sexo. Campbell (1949) señala: “La aventura es siempre y en todas partes un pasar más allá del velo de lo conocido a lo desconocido; las fuerzas que cuidan la frontera son peligrosas, tratar con ellas es arriesgado, pero el peligro desaparece para aquel que es capaz y valeroso.” Cuando el héroe regresa de su aventura debe sobrevivir al impacto del mundo (Campbell, 1949). Esto no ocurre con Antígona, pero escoge morir y seguir lo que le dicta su conciencia, defender sus valores de amor y lealtad a la familia y seguir la ley divina. “De su incumplimiento no iba yo, por temor al capricho de hombre alguno, a recibir castigo entre los dioses.”
La consecuencia final general es, como se señala en la última parte de la obra, que debe primar la sensatez, pero también en cierto modo, que las mujeres que no se comportan de acuerdo a lo estipulado para su sexo, son castigadas.

Juana de Arco
Si bien Juana de arco es un personaje histórico, su historia es en parte mítica y ha sido influenciado por las creencias de la época en la que vivió y por la religión. Esto se puede observar en diferentes versiones de su historia.

Para este ensayo hemos tomado una versión más cercana a los hechos históricos y otra extraída de la religión.

Juana de Arco nació en Donremy, Francia (1412 aprox.) en una familia de campesinos. Pasó su infancia ocupándose de los rebaños y las tareas domésticas. Era una persona muy religiosa y piadosa. Durante su infancia comenzó a escuchar unas voces que le dicen que debía llevar al Delfín al trono. Al principio, no hace caso del llamado pero luego busca la forma de llegar a Carlos VII para combatir y sacar a los ingleses de Francia.

Al llegar a Chinon, donde estaba el Delfín, es expuesta a varias pruebas (Carlos VII pone un suplente para despistarla, las autoridades religiosas le hacen una larga evaluación y luego se verifica su virginidad) y sale victoriosa con la ayuda de Dios (que a través de santos la guían).

Vestida de hombre y con el cabello muy corto va a la batalla y rápidamente vence a los ingleses en diversas ciudades. Carlos VII logra ser coronado y ella quiere seguir peleando, adquiere poder y el rey negocia secretamente con los ingleses y le tienden una emboscada. Es capturada por los ingleses y juzgada por la Inquisición. Se le acusa de hereje y es quemada viva.

Esta es a grandes rasgos la versión histórica del personaje. Sin embargo, observamos en la versión religiosa, cómo se han adecuado algunos datos a posteriori que mitifican el personaje. Según la versión religiosa, Juana de Arco nace el “Día de Epifanía” en 1412. La versión histórica, en cambio, señala que no hay seguridad ni siquiera en el año que nació. Tampoco se conoce su verdadera edad.
Otra diferencia se observa en el hecho de vestirse de hombre. La versión histórica recoge este hecho simplemente como un dato más. En cambio, la versión religiosa enfatiza que Juana se viste de hombre y se corta el pelo para proteger su “virtud”. Es decir, su virginidad como la prueba de la veracidad de su historia para la Iglesia, ya que parece exaltar la virginidad en la mujer como requisito para la santidad.

¿Qué datos son históricos y que datos son parte del mito? Es indudable que la historia fue modificándose al pasar el tiempo y fue acercándose al prototipo de mito descrito por Rank y Campbell.

Podemos observar, en primer lugar, que si bien Juana nació en un hogar campesino, por ser enviada por Dios como la elegida para guiar a Francia contra los ingleses, tiene un origen divino. Se encuentra además una profecía que vaticinaba la llegada de la “doncella de Lorena” que iba a guiar a Francia en la guerra.
Siguiendo con Rank (1909), Juana descubre su misión (su verdadero origen) durante su niñez y combate a los ingleses obteniendo los honores y reconocimiento que se merece.

También encontramos muchas similitudes con el monomito de Campbell (1949). El llamado a la aventura comienza cuando aún es niña. Primero hay una negativa al llamado pero luego cede ante la insistencia de las “voces”. Campbell (1949) habla más adelante de la ayuda sobrenatural y el cruce del primer umbral. Estos se relacionan con la guía de las santas que ayudan a Juana y la visita a Braudicourt en la que Jean de Metz promete llevarla a Chinon a ver al Delfín. Luego se inician las pruebas. En el caso de Juana son: la suplantación del Delfín que se esconde en la multitud de la corte, la evaluación con la jerarquía religiosa y la prueba de virginidad. En todas, Juana sale triunfante con la ayuda sobrenatural.
Finalmente llega la reconciliación con el padre, en el hecho de lograr su tarea y permanecer fiel a sus creencias, puede ser entendida de esa forma. La apoteosis y la gracia de la victoria, el triunfo sobre los opositores.
Sin embargo, luego se produce una negativa al regreso. Juana quiere seguir luchando y no regresar al mundo real. Campbell (1949) señala que al regresar al mundo el héroe debe enfrentarse a la sociedad. “Todavía debe enfrentarse a la sociedad con su elíxir que destroza el ego y redime al vida y soporta el golpe de respuesta de las dudas razonables de los duros resentimientos y de la incapacidad de las buenas gentes para comprender.”
Creo que esto resume bastante bien la muerte de Juana. El rey y la corte empiezan a preocuparse con el poder que adquiere Juana y es vendida a los ingleses. Ella permanece fiel a sus creencias y soporta el golpe de las dudas. Es quemada viva pero veinticinco años después se le declara inocente de todos los cargos. Finalmente en 1909 se le beatifica y es canonizada como Santa Juana de Arco.
Aquí encontramos en cierta forma una resurrección. “…el héroe vuelve a emerger del reino de la congoja (retorno, resurrección).”

Para terminar con este personaje queremos puntualizar algunos datos más. Llama la atención que Juana como Antígona, tienen que adoptar formas y expresiones masculinas para ser escuchadas, para ser tomadas en cuenta. Antígona con su actitud y su lenguaje, Juana, con su coraje, su valentía y fuerza en la batalla, así como con sus ropas y corte de pelo de hombre.

Sin embargo, en ambos casos, éstas características son las que las llevan a la condena. En el caso de Juana, luego de haber firmado una retractación en la que admite ser hereje, que jamás escuchó voces y que no se volvería a vestir de hombre; es enviada nuevamente a la cárcel donde se dice que roban sus ropas y es obligada a vestirse nuevamente de hombre. Este hecho es el que la condena finalmente a la hoguera. Es curioso como la condena por el poder, por ser peligrosa para los ingleses, por sus cualidades de guerrera, se simbolice en la vestimenta. Se la condena por hacerse pasar por hombre.


Blanca Nieves
El caso de Blanca Nieves es diferente al de Antígona y Juana de Arco. Este personaje puede ser llamado heroína por ser la protagonista de una obra de ficción, pero no tiene las características de las dos anteriores.

Bettelheim (1977) se ha ocupado del análisis de este cuento señalando que se evidencia el proceso de crecimiento y los conflictos edípicos, que se demuestran en la rivalidad con la madre (madrastra).
Es importante señalar que cuando el espejo empieza a señalar a Blanca Nieves como la más hermosa y despierta los celos de la reina, ella tenía siete años. Se traen a escena entonces los conflictos del crecimiento, las pruebas que se deben pasar y las cosas que hay que dejar atrás.
Sin embargo, no nos vamos a detener en el análisis del cuento en sí, sino en las similitudes de esta historia con las tesis de Rank (1909) y Campbell (1949), así como los aspectos de género inmersos en la historia.

Podemos observar entonces que Blanca Nieves tiene un origen noble (princesa), aparece una profecía (espejo) que advierte a la reina (madrastra y única figura parental) sobre el peligro para ésta. Luego como se señala en el mito del héroe, Blanca Nieves es expulsada del reino y condenada a morir. El cazador, se apiada de ella, como sucede en los mitos, y la deja libre. Cambia el corazón y las entrañas de Blanca Nieves por las de un animal y se las lleva a la reina para probar el asesinato. Blanca Nieves pasa los años al cuidado de los enanitos, quienes son las figuras protectoras y la previenen de los peligros. Es descubierta por la reina y envenenada. Sin embargo, aparece el príncipe que la salva al mover la urna, se casa con ella y de esta manera, alcanza el triunfo y se venga de la madrastra.

Campbell (1949) señala varios datos que encajan con esta historia. Este autor señala que mientras los héroes míticos alcanzan un triunfo macroscópico, los héroes de cuentos de hadas tienen un triunfo doméstico, para su propia vida. Esto es señalado también por Bettelheim (1977) al explicarnos que generlmente los héroes de cuentos de hadas tienen nombres comunes y tratan sobre lo que pasan todos los niños al crecer.

La llamada a la aventura en el caso de Blanca Nieves, es la llamada a los cambios de la adolescencia. Es el “despertar del yo”.
Al iniciar la aventura el héroe entra en un territorio desconocido. Campbell (1949) señala que esto se representa de muchas formas: “Esta fatal región de tesoro y peligro puede ser representada de varias formas: como una tierra distante, un bosque, un reino subterráneo, […] pero siempre es un lugar de fluidos extraños y seres polimorfos, tormentos inimaginables, hechos sobrehumanos y deleites imposibles.” En el caso de Blanca Nieves es el bosque y las criaturas que viven en él (los enanos). Estos son los que le brindan la ayuda sobrenatural. Estos seres guardianes unen en sí mismos todas las ambigüedades del inconsciente (Campbell, 1949).
Para Bettelheim (1977), los enanos representan las personas que no han crecido que han quedado en la pregenitalidad. En este sentido, Blanca Nieves se convierte luego en la protectora de éstos desarrollando en cierto modo, sus características maternales.

Siguiendo la historia, las pruebas aparecen con los engaños de la madrastra para asesinarla. Los enanitos la salvan dos veces y le advierten que tenga cuidado. Finalmente es envenenada con la manzana y permanece dormida (encantada) durante largo tiempo. Bettelheim (1977) entiende esto como el período de la latencia y luego despierta a la adolescencia, a la vida sexual en el matrimonio con el príncipe. Campbell (1949) habla de pasar al mundo desconocido y luego regresar al mundo con el elíxir. “…la criatura del destino tiene que afrontar un largo período de oscuridad. Este es un momento de extremo peligro, impedimento o desgracia. Es lanzado a sus propias profundidades interiores o hacia fuera, a lo desconocido; de cualquier modo, todo lo que toca es la oscuridad inexplorada.” En este caso, Blanca Nieves trae el elíxir de su propia vida: el despertar a la adultez, al amor, a la sexualidad. La reconciliación con el padre, puede ser entendida en este caso, como la disposición para el príncipe. Al aceptar al príncipe, acepta simbólicamente a la figura paterna.

Blanca Nieves, a diferencia de Antígona y Juana es víctima de las circunstancias. Asiste pasiva a los cambios que le ocurren, y es el tiempo y la figura masculina la que la devuelve a la vida. Su papel es completamente femenino, ella no busca activamente el triunfo, representado por el acceso al matrimonio, sino que es el hombre el que la rescata. Su don es su belleza y gracias a ésta, alcanza el triunfo. “Y cuando el aventurero, desde este punto de vista, no es un joven sino una doncella, ella es quien, por medio de sus cualidades, su belleza o su deseo, está destinada a convertirse en la consorte de un ser inmortal” (Campbell, 1949).

Es interesante también, como en Blanca Nieves, la lucha no se da contra un personaje masculino, como en Antígona contra Creonte y Juana de Arco contra los soldados ingleses y luego contra la Inquisición (personajes masculinos). En el caso de Blanca Nieves, la lucha se da contra la madre-madrastra. La venganza se lleva a cabo sobre ésta (ser reina y más hermosa). Campbell (1949) señala. “…el hijo contra el padre por el dominio del universo, y la hija contra la madre para ser el mundo dominado.”

Blanca Nieves lucha contra la madre y se contenta con ser el mundo dominado y, curiosamente, es la única de nuestras tres heroínas que sobrevive. Muestra la conducta que deben seguir las mujeres y la promesa es la felicidad para siempre.

Antígona y Juana de arco, luchan por el dominio y el poder, contra el orden establecido. El patriarcado está simbolizado en las figuras masculinas contra las que luchan, o más bien de las que se defienden. Son heroínas “masculinas” aunque conservan ciertos rasgos femeninos como la devoción de Antígona por el hermano y la fidelidad de Juana a su Dios.
Según Graña (1994) los héroes masculinos se caracterizan por su actividad agresiva y su nobleza de propósitos e intenciones. Los nobles designios del héroe los colocan siempre sobre las normas éticas y morales del común de los hombres. En este sentido, Antígona y Juana de Arco, obedecen a leyes divinas, no a leyes humanas. Blanca Nieves en cambio, no transgrede las normas, obedece las reglas de la sociedad y de su sexo. Se comporta como una típica heroína femenina según Graña (1994), con pasividad y resignación. El heroísmo pasivo, la resignación, la devoción y la fidelidad, son las virtudes de las mujeres. Las virtudes que la sociedad espera de ellas.

Para terminar, quiero señalar que si bien, en las tres historias presentadas, las heroínas siguen muchos de los aspectos descritos para el héroe, por Rank y Campbell, hay ciertas diferencias que se centran en las tareas y las acciones esperadas para las mujeres.

En todos los casos, se hace por lo menos una mención a la belleza. No se puede dejar de ver a la belleza como el don femenino por excelencia. En segundo lugar, todas las heroínas son vírgenes. En el caso de Juana de Arco, es claro que es un requisito para ser tomada en serio. En el caso de Antígona, la mención a este hecho señala también que su conducta masculina la privó del “triunfo del matrimonio”, a diferencia de Blanca Nieves que se prepara para éste.

La virginidad, entonces, es uno de los aspectos esenciales de la heroína, le da legitimidad desde el punto de vista patriarcal. Sin embargo, los mitos de las heroínas expresan no sólo un mensaje para la humanidad, sino para las mujeres en particular.

Campbell (1949) señala que los mitos del fracaso nos señalan la enseñanza práctica para las personas. Se podría plantear una moraleja final para las tres historias: “Si eres mujer, no puedes luchar por el dominio del universo. Si lo haces vas a ser condenada a morir.”


Referencias bibliográficas

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