sábado, 12 de diciembre de 2009

Trozos de Realidad

Antibióticos

Ya no recuerdo cuando llegué aquí. Sólo cuento las gotas del suero que caen con un ritmo estable. Sólo eso puedo controlar…




De pronto, la tranquilidad del cuarto se rompe con la irrupción de una enfermera:



- A ver mamás, tienen que ponerse de acuerdo. No podemos complacer a todas. Si una quiere aire acondicionado y otra no, ¿Cómo hacemos?



Trato de argumentar en mi rudimentario portugués que el aire está muy frío. Todas las madres explican su punto de vista y finalmente se decide apagarlo.



El cuarto vuelve a la calma. Cada niño en su cama desde donde ven la televisión. Unos minutos después, otra visita. Es la madre de Arturo, un niño del otro cuarto de pediatría. Entra contorneándose, buscando las miradas. Es difícil que pase desapercibida ya que es la única madre que usa taco aguja Nº 9 en el lugar. Ella cruza el umbral de la puerta pero inmediatamente después voltea y regresa a su cuarto. La madre de Rafael dice: como no hay ningún papá se regresa. ¿Te has dado cuenta Ana?, me pregunta.

Yo río y asiento sin dejar de ver las gotas del suero. El llanto de otro niño rompe nuevamente el breve silencio. Trato de calcular cuántas gotas más faltarán para que retiren el medicamento de la vena de mi hijo. Luego pienso que no importa, acaba esta dosis y en seis horas comienza todo de nuevo.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Locas por Edward



“Sí, estoy enamorada de un vampiro ficticio, destellante y frío, ¿Y?” dice uno de los varios stickers para auto que se han creado a propósito de la fiebre desatada por el reciente estreno de la película basada en la segunda novela de la Saga Crepúsculo.


Desde la publicación de la primera novela de Stephanie Meyer, millones de mujeres en el mundo han sucumbido a la trama romántica de la historia que mezcla lo sobrenatural con lo cotidiano, a los vampiros y hombres lobos con los humanos.


No es novedad que las historias de vampiros se hagan de miles de seguidores. Sin embargo, ésta en particular, parece haber captado la atención de las adolescentes y mujeres jóvenes especialmente, y no del público habitual de las historias de este género.


¿Cuál es la particularidad de esta historia que hace que todas las seguidoras de Crepúsculo hayan caído enamoradas de Edward?


Los vampiros han sido ya descritos antes como seres seductores e irresistibles, lo que los hacía particularmente atrayentes para sus víctimas. Los hombres lobo, por otro lado, también presentan en historias anteriores ciertas características deseables en su forma humana que permiten construir el drama romántico de los personajes principales. Por lo tanto, hay algo más en Crepúsculo que atrapa en menor o mayor medida a la mayoría de mujeres.


Creo que una posible explicación de este fenómeno se debe a la condensación de las fantasías románticas femeninas lograda por Meyer. Ésta, como su personaje principal en Crepúsculo, Isabella Swan, ha sido una ávida lectora de los clásicos románticos como Romeo y Julieta, Cumbres Borrascosas, Sensatez y Sentimientos, y otras más de Austen y las hermanas Bronte.


Crepúsculo entonces, nos muestra una especie de Romeo y Julieta contemporáneo pero con un toque sobrenatural. Dos adolescentes que viven su primer amor contra todos los obstáculos. Sin embargo, a diferencia de la novela de Shakespeare, Bella y Edward no luchan contra la oposición familiar sino contra sus propios instintos. No es una lucha con lo externo sino con lo interno.


Bella pasa por encima de su instinto de supervivencia al saberse enamorada de un vampiro que desea su sangre más que nada en el mundo. Edward, por su lado, lucha contra su “sed” de sangre humana, que ha podido controlar durante casi 100 años porque no quiere sentirse un monstruo, pero que resulta irresistible en el caso de Bella porque es “como su marca personal de heroína” como lo describe él mismo.


Sabemos que lo prohibido siempre nos atrae, ¿y hay algo más atractivo que un romance imposible, con cierto toque de peligro y de misterio, entre personajes tan diferentes?


Bella es descrita como una adolescente descoordinada y ensimismada, que no gusta de ser el centro de atención, pero que es madura emocionalmente y fuerte de carácter. Edward es el chico físicamente perfecto, pero distante e indiferente; y por si fuera poco, con misteriosos talentos.


Las fantasías románticas femeninas aparecen por doquier. El chico irresistible que creemos casi imposible de conquistar pero que nos salva milagrosamente, dejando ver sus dones especiales. El galán torturado y peligroso que soñamos con salvar y reformar. El hombre que nos ama por encima de sus impulsos y que haría lo que sea por nuestra seguridad y nuestro amor. El que puede cumplir “literalmente” con la promesa de estar juntos para siempre, y que incluso es capaz de aceptar nuestra indecisión amorosa entre él y su “enemigo”, al que además agradece por protegernos mostrando su amor incondicional.


Tal vez estas fantasías reflejen el típico orden cultural convencional de la heroína que debe ser salvada constantemente por su fragilidad (humana y no femenina en este caso), y el caballero andante noble y fuerte que nos defiende y profesa amor eterno; pero junto a esto, también se muestra a la heroína valiente y capaz de dar su vida por salvar a otros. Efectivamente, es ella la que en la batalla final salva a los dos clanes (vampiros y hombres lobo) de la amenaza externa. La muchacha inteligente y asertiva, que es capaz de luchar por sus deseos incluso ante el amor de su vida.


Se amalgaman así en Crepúsculo, fantasías femeninas antiguas y modernas, convencionales y de vanguardia, lo que permite a un público femenino diverso, conectarse con la historia desde un aspecto o varios de ellos, asegurando así un éxito editorial y de taquilla.