viernes, 29 de junio de 2012

Estilos parentales y ajuste psicológico


Si hay algo que puede quitarle el sueño a cualquier padre es la sensación de que no está educando bien a sus hijos. Todos se han preguntado, por lo menos alguna vez, si están haciendo lo correcto en ese sentido. Probablemente no hay una única manera de criar adecuadamente a los hijos, cada familia tiene su propia forma de hacerlo y todos los estilos son válidos, siempre y cuando no se vulneren los derechos de los niños y adolescentes o se les maltrate de alguna manera.
Sin embargo, es importante analizar algunos estilos parentales que pueden ser más o menos adecuados, ya que los diferentes tipos de crianza están relacionados con diversas variables de ajuste psicológico de los niños y adolescentes.
Una de las clasificaciones más conocidas es la que describe tres tipos de control parental: autoritario, democrático y permisivo. El estilo autoritario se caracteriza por ejercer excesivo control sobre las normas y poca respuesta a las demandas de los hijos. Se expresa poco afecto y alta coerción. Este estilo ha sido relacionado con obediencia pero también con acumulación de agresividad y frustración que pueden ser descargadas en otras personas. También se asocia con poca confianza en ellos mismos, dependencia y orientación hacia el premio y el castigo más que hacia el comportamiento autónomo.
El estilo permisivo es el extremo opuesto al autoritario. Se caracteriza por un control mínimo de las normas y comportamientos, se evitan los castigos y se satisfacen casi todas las demandas del niño. Estos padres son tolerantes con los impulsos de sus hijos y afectuosos. Se asocia a escasos conflictos con los padres y bajos niveles de malestar psicológico pero también con inmadurez emocional, poca capacidad de asumir responsabilidades y dificultad para controlar impulsos.
Ninguno de los anteriores ofrece un equilibrio adecuado entre exigencia y respuesta emocional. Es importante señalar también que algunos estudios relacionan estos estilos con el uso de drogas y consumo de alcohol entre los jóvenes.
Por último, el estilo democrático se relaciona con una actitud que equilibra las normas y las respuestas de las demandas de los hijos. Se negocian acuerdos y se explica la razón de las reglas de conducta y la importancia de seguirlas. Se expresa afecto y se promueve la autonomía de los hijos, ya que se muestra interés en sus opiniones. Este estilo está asociado a un buen ajuste psicológico general, alta autoestima, confianza en ellos mismos y los demás, buen control de impulsos y escasos problemas de conducta. Saque usted sus conclusiones.

domingo, 24 de junio de 2012

Sostener y conversar


La agresividad es un impulso innato en el ser humano. Si un bebe no llora por alimento, no podrá sobrevivir; y más adelante, puede ser imprescindible como defensa ante una amenaza grave en una situación extrema. Sin embargo, para convivir en sociedad es necesario modular el monto de agresividad y ello es un aprendizaje que se va adquiriendo desde los primeros años. Todos los niños en algún momento han expresado sus impulsos agresivos frente a otros, mediante gritos, golpes o destrucción de objetos. Algunos niños pueden tender a expresar agresividad más que otros y ello dependerá no solo del temperamento propio sino de diversos factores del entorno familiar y escolar, así como experiencias y procesos internos relacionados a su etapa de desarrollo. Generalmente, la agresión aparece cuando no es posible expresar por otras vías el disgusto, la rabia o la frustración. A medida que crecen, las personas van aprendiendo a poner en palabras las emociones que experimentan pero durante la niñez es necesario que se ayude a los niños en este proceso sosteniéndolos con cariño y calmándolos para entender qué está provocando esa reacción. Es conveniente conversar con ellos sobre sus emociones para que puedan expresarlas verbalmente. Lo más importante es mantener la serenidad y no reaccionar violentamente en ningún caso.

jueves, 21 de junio de 2012

Efectos de la Violencia Doméstica


La violencia doméstica es un problema extendido en el Perú pero puede pasar desapercibida para el entorno social cercano, especialmente cuando se presenta como maltrato psicológico. Unido a ello, muchas mujeres permanecen en una situación de violencia doméstica, sufriendo agresiones verbales y amenazas cotidianas porque no cuentan con los medios económicos para mantenerse, temen que les quiten a sus hijos (amenaza que generalmente es parte de la violencia psicológica que viven) o creen que privar a sus hijos de la presencia del padre sería un daño mayor para ellos.
Sin embargo, los efectos de la violencia doméstica en los niños y adolescentes pueden ser más negativos. Es preferible tener padres separados que no se agredan a una familia inmersa en una batalla permanente.
En ese sentido, se han descrito diferentes síntomas que pueden presentar los hijos que están expuestos a la violencia ejercida contra uno de los padres, generalmente la madre, en casi el 90% de los casos.

Los niños más pequeños muestran irritabilidad, sentimientos de culpa por lo que ocurre, temores, síntomas somáticos variados y constantes, regresión a etapas más tempranas, enuresis, problemas de sueño y retraimiento. Los niños mayores pueden expresar agresividad con otras personas, comportamiento rebelde o retraimiento, desconfianza y baja autoestima. Algunos adolescentes pueden huir del hogar, iniciar el consumo de drogas o realizar actos delincuenciales.
Se ha encontrado además algunas diferencias de género entre los efectos de la violencia. Mientras los niños tienden a mostrar conductas hostiles o huyen de casa, las niñas generalmente se guardan la angustia, no muestran externamente lo que están viviendo y buscan proteger a sus hermanos menores y a su madre. Otros síntomas que pueden presentarse en todos los casos son dificultades para adaptarse al colegio, problemas para establecer relaciones interpersonales, aislamiento, depresión y altos niveles de ansiedad.
Los daños emocionales se dan a corto y largo plazo; y es imprescindible que se elimine la situación de violencia y se trabaje activamente para reparar los efectos psicológicos que se presentan, ya que uno de los riesgos más preocupantes a largo plazo es que el ciclo de violencia continúe y se transmita generacionalmente. Los niños que han observado el maltrato entre sus padres tendrán más probabilidades de tratar así a sus parejas cuando sean adultos. Las niñas por su lado, pueden aprender que la violencia es parte natural de sus vidas, haciéndolas más vulnerables a esta en el futuro.

lunes, 18 de junio de 2012

Quemar etapas


Seguramente alguna vez ha escuchado la expresión: “Quemar etapas” para referirse a lo que experimentan algunos niños. Este término se relaciona con la madurez precoz y sobre adaptación que se observa en ciertos casos. Generalmente esta situación se da como consecuencia de la necesidad de asumir más responsabilidades en el hogar o como compensación de un entorno familiar que no provee el soporte emocional adecuado para permitirles ser niños. Cuando esto ocurre, los niños no pueden disfrutar de las vivencias típicas de la niñez y se comportan como adultos, por ello se dice que se saltan etapas (o queman etapas). El comportamiento de estos niños se caracteriza por la rigidez, seguimiento estricto de normas, excesiva prudencia y sensatez. No disfrutan de los juegos, las travesuras y la espontaneidad como sus pares. Generalmente se sienten más cómodos entre adultos y les es difícil adaptarse a grupos de su misma edad. Se dejan de lado deseos y necesidades propias de la etapa, ya que sus preocupaciones e intereses son parecidas a las de los adultos. Son correctos, responsables y controlados en todo momento. Ello, lejos de ser positivo, puede ir en detrimento de su desarrollo emocional y social normal, porque todo niño necesita “ser niño” para luego ser un adulto equilibrado.

jueves, 14 de junio de 2012

¿Campañas en conflicto?


El consumo de alcohol es un problema de salud pública, ya que afecta a un gran porcentaje de la población. Esto se debe principalmente a que es una droga legal y socialmente aceptada. El exceso en el consumo trae diversas consecuencias negativas a la salud y puede ser fatal en muchos casos, sobre todo si se toma en cuenta los accidentes automovilísticos que puede provocar.
En el caso de los menores de edad, se debe considerar, además los graves daños físicos que interfieren en el proceso de desarrollo. No hay que olvidar que estos aún no han completado su crecimiento y madurez, el cerebro sigue en proceso de desarrollo, al igual que otros órganos, que pueden ser afectados directamente por el alcohol.
Por ello, la campaña para recomendar a los lugares públicos a no vender bebidas alcohólicas a menores de edad es imprescindible. Su objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de evitar el consumo de licores en menores y promover la responsabilidad en la venta de alcohol.

Es un paso importante y necesario pero ¿qué pasa con las “otras campañas” más constantes y persuasivas que más bien invitan a tomar alcohol? La publicidad vende muy provocativamente los productos y los spots publicitarios de las bebidas alcohólicas son bastante persuasivos en este sentido. La asociación de bebidas alcohólicas con efectos positivos está siempre presente en los anuncios comerciales. Tomar alcohol se relaciona siempre con fiestas, aventuras, buen rato con amigos, éxito con el sexo opuesto, etc. Se ofrece todo lo que los adolescentes pueden desear: libertad, autonomía, desinhibición, seguridad, alegría, celebración; y luego se estampa un cartel que prohíbe la venta a menores de edad. Es casi como enseñarle un chupete a un niño y luego decirle que no puede comerlo.
Por supuesto, el problema es complejo y la eliminación de la publicidad no basta para erradicarlo, pero modificar el mensaje orientándolo a un consumo responsable, en vez de invitar a una fiesta desenfrenada, tal vez ayudaría a evitar que los adolescentes se vean tentados a consumir alcohol. Lo mismo es aplicable a lo que podríamos llamar la “campaña del hogar”. Es difícil disuadir a los menores de tomar bebidas alcohólicas si ven a sus padres o familiares haciéndolo en exceso en cada reunión o día libre. Es imprescindible ser consecuente con el mensaje que se da, ya que los hijos aprenden principalmente de las conductas que observan. En conclusión, todas las “campañas” deben ir en la misma dirección para que el mensaje sea consistente y tenga un impacto real en los jóvenes. 

domingo, 10 de junio de 2012

Sentirse solo


Se suele decir que la soledad es uno de los mayores problemas en la sociedad actual. Se privilegia la competitividad y el éxito en lo profesional pero no se da la misma importancia a aspectos personales como el enriquecimiento de aspectos internos y vínculos profundos con las personas. Es imprescindible mantener un equilibrio entre lo personal, social y laboral para lograr bienestar. Ahora, uno puede estar solo y no sentir soledad o sentirse solo rodeado de gente. En general, la soledad está relacionada a tener pocos contactos y comunicación con otras personas o percibir las relaciones interpersonales como deficientes. Es decir, interacciones superficiales y ocasionales, que no permiten construir un lazo fuerte con los demás. Por ello, las personas pueden sentirse solas aunque tengan compromisos sociales abundantes en la agenda. ¿Qué se puede hacer para evitar esta sensación? Primero es necesario dar el tiempo y el interés adecuado a las personas con las que se interactúa cotidianamente, solo así es posible construir vínculos profundos, pero además también es imprescindible aprender a estar solos. Si uno no aprende a relacionarse con uno mismo, orientarse a su mundo interno y sentirse cómodo en él, inevitablemente se sentirá solo aunque se encuentre rodeado de personas y seguramente encontrará poca satisfacción al relacionarse con los demás.

jueves, 7 de junio de 2012

Rol paterno


Tradicionalmente se ha dado al padre el rol proveedor. Es decir, quien se encargaba de sustentar económicamente a la familia. El padre trabajaba y la madre criaba a los hijos. Así estaban divididos los roles casi exclusivamente hasta hace unas décadas.
Esta división de las labores tenía también repercusiones dentro del hogar. El padre delegaba todas las tareas de crianza en la madre y por lo tanto tenía un vínculo emocional distante con los hijos. Por supuesto, ello podía variar en cada caso, pero en general, el padre era visto como la autoridad, se le temía y quería a la vez. Se le había criado bajo estos preceptos: no mostrar ternura, no encargarse del cuidado de otros ni ser expresivo en las emociones. Era quien daba las órdenes y todos, incluyendo a la madre, obedecían.
Sin embargo, con el acceso de las mujeres a la educación y al mercado laboral, estas colaboran con los ingresos económicos del hogar, y en muchos casos, se encargan exclusivamente de este. Unido a ello, los estereotipos de rol masculino han ido cediendo y ahora se espera que los hombres puedan expresar cariño y ayuden en las labores de crianza. Incluso en varios países se da permiso de paternidad para promover el acercamiento de los padres con sus hijos recién nacidos. A pesar de ello, no todos los hombres logran comprometerse con su rol paterno. Algunos aún siguen las pautas tradicionales, y otros, ni siquiera se encargan de proveer el sustento necesario a sus hijos, aunque su participación en la crianza es necesaria.
El padre tiene un papel importante en el desarrollo afectivo de sus hijos, además de un rol de soporte a la madre. El rol del padre es crucial en determinados procesos psicológicos como el proceso de separación – individuación del niño o niña. El padre es el tercero que tiene como función entrar en la diada madre – niño, lo que ayudará a que el infante pueda separarse lo suficiente para desarrollar su propia individualidad como un ser diferenciado de la madre. El niño necesitará identificarse con el padre para desarrollar su identidad masculina. En el caso de la niña, el rol del padre será también crucial porque reforzará el sentido de feminidad de esta. Ambos sexos necesitan identificarse con la madre y el padre para lograr un desarrollo emocional y de identidad de género óptimo.
Ello no necesariamente implica que padre y madre estén juntos, pero sí es imprescindible que funcionen como un equipo para darles a los hijos el soporte afectivo que necesitan.

martes, 5 de junio de 2012

Capacidad de introspección



"Conócete a ti mismo” es una frase que señala la importancia de examinar nuestras características como seres humanos. Los griegos planteaban esto como un ideal, ya que conocerse completamente es un proceso inacabable. Sin embargo, es imprescindible saber las fortalezas y las debilidades con las que contamos para tener la posibilidad de mejorar. Para ello se requiere desarrollar la capacidad de introspección. Es decir, la reflexión sobre los estados internos, la capacidad de orientar la mente hacia nuestros pensamientos, emociones y actos. No es una tarea fácil, y en muchos casos, puede implicar cierto malestar al descubrir cosas que no nos gustan; pero es la única manera de analizar diversos aspectos personales y cambiar lo que molesta, daña o perjudica. No todas las personas logran una adecuada capacidad de auto observación. Mirarse a sí mismo implica aceptarse en lo positivo y negativo. Si no lo hacemos, tendemos a realizar acciones que pueden ir en contra de nosotros mismos o que afecten a otros. La psicoterapia es, en este sentido, un espacio en el que el foco está centrado en analizar, con la ayuda del terapeuta, los diferentes aspectos de la personalidad y desarrollar la capacidad de escuchar lo que hay en nuestro mundo interno y tomar consciencia de nuestras características, para entendernos mejor.