sábado, 29 de septiembre de 2012

Amor de lejos ...


Un dicho popular sostiene: “amor de lejos, felices los cuatro”, aludiendo a la dificultad de mantener una relación de pareja a la distancia y la posibilidad de que cada uno encuentre a otra persona. ¿Sucede esto siempre? ¿De qué depende?
En general, todas las relaciones de pareja son difíciles. Esto es cierto para los que viven juntos, separados o en continentes distintos. Construir y mantener una relación con otra persona implica no solo deseo, amor, cariño; sino el desarrollo de un vínculo de intimidad afectiva y de compromiso, así como la consideración, el respeto por la otra persona y la voluntad de forjar una vida juntos. La relación se construye en el día a día, a partir de las experiencias compartidas y la comunicación constante. En este sentido, las posibilidades tecnológicas actuales permiten que una pareja pueda mantener una comunicación fluida a pesar de la lejanía, pero ¿es suficiente eso?

Es difícil predecir si una relación de este tipo puede funcionar o no, ya que dependerá de diversos factores. Por ejemplo, si la relación amorosa ha empezado a través de Internet y no se han conocido aún, si la separación se da al inicio de la relación o cuando ya es una relación estable y consolidada. Cada historia será diferente. Sin embargo, las personas que han pasado por la experiencia de estar lejos de su pareja coinciden en que el aspecto más difícil de manejar en esa situación es la imposibilidad de la cercanía física. El hecho de no tener al lado a la persona querida puede enfriar la relación, ya que el contacto físico es parte imprescindible de cualquier relación de cariño, y ello va mucho más allá de lo sexual. Un abrazo, un beso, u otras muestras de cariño que implican contacto corporal son indispensables en la manera de relacionarse de los seres humanos.
Algunas personas señalan que las parejas que tienen más posibilidades de mantener una relación amorosa a la distancia son las que tienen la posibilidad de encontrarse cada cierto tiempo y compartir unos días juntos. Algunas relaciones que se han iniciado de manera virtual o que deben separarse por motivos laborales, recurren a esta modalidad para continuar la relación. Si el nivel de compromiso de la pareja es alto y la relación está consolidada, habrá buenas probabilidades de lograrlo. Sin embargo, la distancia no puede ser mantenida por siempre. Ambos tendrán que apuntar a encontrar una manera de volver a estar juntos en algún momento, para evitar desgastar el vínculo irremediablemente. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Depresión estacional


Si cada invierno siente desgano, tristeza, disminución de energía, solo quiere dormir y tiene incontrolables ganas de comer carbohidratos, podría padecer de Trastorno del Ánimo Estacional (TAE). Este es un tipo de depresión con síntomas similares a otros tipos de este trastorno pero se caracteriza por aparecer cada año en el otoño e invierno y disminuir cuando llega la primavera y vuelve el brillo solar. Los cambios en el estado de ánimo, sueño, nivel de energía y alimentación son los indicios principales. El aislamiento social, la falta de interés en las actividades cotidianas y la dificultad para concentrarse también pueden presentarse. Las personas que sufren esta condición parecen ser más sensibles a la falta de luz solar, lo que puede provocar un desbalance en las secreciones de serotonina y melatonina. La primera disminuye con la disminución de la luz solar y ello provoca la tristeza y desgano. La melatonina, por el contrario, aumenta con los días oscuros, lo que influye en el ciclo de sueño-vigilia. Los síntomas pueden ser leves, moderados o severos. Algunas personas pueden sentir mejoría solamente con realizar ejercicios al aire libre en los momentos que hay más luz natural, otras pueden beneficiarse de fototerapia (terapia de luz con lámparas que simulan la luz solar). En los casos más severos puede requerirse psicoterapia y antidepresivos.

martes, 18 de septiembre de 2012

Detrás de las rabietas ...


Es frecuente escuchar las quejas de las madres acerca de las rabietas de sus hijos pequeños. “Me saca de quicio”, “No entiendo por qué lo hace” suelen decir impotentes. Es necesario respirar hondo, mantener la calma y tener paciencia para manejar estas situaciones.  Las rabietas suelen presentarse en niños entre 2 y 4 años y expresan, en general, la dificultad del pequeño para modular sus impulsos y responder adecuadamente a una situación que lo frustra. Por supuesto, cada niño tendrá una menor o mayor probabilidad de hacer rabietas en función de su temperamento y el monto impulsivo innato que posea, pero en general, el lenguaje, todavía escaso a esa edad, dificulta que el niño pueda expresar lo que siente de manera apropiada y por ello tenderá a expresar con su cuerpo (llanto, movimientos, agresividad), todo lo que no le es posible poner en palabras. El hambre, el cansancio o algún malestar pueden exacerbar también esta conducta. Es imprescindible que los padres puedan entender qué puede estar detrás de la pataleta para darle la contención emocional necesaria. Estos deberán actuar como una suerte de traductores de lo que el niño está sintiendo para ayudarlo a calmarse. Así irán aprendiendo a identificar sus emociones y comunicarlas efectivamente. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Apoyo psicológico en el cáncer


El cáncer es una enfermedad grave que produce temor, ansiedad e incertidumbre en el paciente y lo enfrenta, en mayor o menor medida, con la muerte. El diagnóstico positivo tendrá un impacto emocional en la persona, que tendrá como tarea principal aceptar la enfermedad y adaptarse a una nueva situación de vida. Es probable que se hagan diferentes evaluaciones, se brinden diversos tratamientos, y tal vez, en algún momento se requiera de hospitalización. Todo ello llevará a la persona, y a su familia, a una situación de estrés constante que necesitará ser afrontada con un profesional.
Diferentes estudios clínicos dentro de la psicología de la salud sugieren que niveles de estrés elevado pueden afectar negativamente el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que disminuiría la posibilidad de recuperarse. Por ello será indispensable incluir el abordaje psicológico dentro del tratamiento integral de la enfermedad.

Otros estudios enfocados en los factores psicológicos muestran que la expresión emocional, el apoyo social, los bajos niveles de estrés emocional y un espíritu de lucha, tienden estar asociados con una mejor sobrevida en paciente con cáncer. Es precisamente en ese sentido que se enfocan las intervenciones psicológicas de la enfermedad.
Sea cual sea la orientación psicológica que se utilice, esta deberá centrarse en acompañar al paciente, brindarle el soporte emocional necesario para que pueda expresar sus emociones, temores, fantasías e ideas acerca de la enfermedad. Asimismo, se buscará tanto fortalecer a la persona y sus recursos psicológicos como potenciar los mecanismos de afrontamiento y adaptación, además de aliviar los síntomas emocionales negativos.
Tanto las aproximaciones individuales como las grupales serán beneficiosas en esta situación. La terapia de grupo puede ser de gran ayuda para sobrellevar la enfermedad. Investigaciones como la de Spiegel y Col. han indicado beneficio directo de este tipo de intervención psicológica. Ellos encontraron, luego de un seguimiento de 10 años, que había una significativa ventaja de sobrevida en el caso de mujeres con cáncer de mama que participaron en terapia de grupo.
Debe considerarse finalmente el apoyo psicológico a las familias, ya que ellos serán la principal red de soporte emocional para el paciente. Si la familia logra brindar la tranquilidad, seguridad y el apoyo necesario, la persona tendrá más herramientas para sobreponerse y enfocarse en su proceso médico y psicológico.  

domingo, 9 de septiembre de 2012

Afrontar una enfermedad crónica


El diagnóstico de una enfermedad crónica puede ser devastador para las personas en los primeros días. El paciente se enfrenta a un cambio drástico en su estilo de vida y debe acostumbrarse a ciertas limitaciones de un momento a otro, así como a seguir una medicación, probablemente, por el resto de su vida. Las primeras reacciones seguramente serán de negación de la enfermedad, rabia y depresión. La pregunta constante: ¿por qué a mí? rondará por la mente sin encontrar una respuesta satisfactoria. Es probable también que se asocie la enfermedad con un pronóstico poco alentador y a consecuencias negativas de la condición. No obstante, algunas de estas ideas son creencias erróneas que se crean debido a la escasa información sobre el tema. La mejor manera de afrontar un diagnóstico de este tipo es buscar información confiable para eliminar los mitos relacionados a la enfermedad y aprender a convivir con la nueva condición médica. Lo importante es aceptar los cambios que se deben implementar lo antes posible y tomar el control de la nueva situación. Esto ayudará a aceptar más rápidamente la dolencia. Busque ayuda psicológica si es necesario. Tal vez parezca difícil mantenerse positivo en determinadas circunstancias pero ello es lo que le permitirá seguir adelante. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

Habilidades sociales


“Buenos días”, “¿Cómo estás?”, “por favor”, “gracias” son algunas frases que se usan todos los días para interactuar con otras personas. Son convenciones sociales establecidas y compartidas por todas las personas de un mismo lugar. Estas frases facilitan el intercambio social con los demás y se incluyen dentro de las conductas necesarias de las habilidades sociales, ya que reflejan respeto y consideración hacia la otra persona.
No obstante, las habilidades sociales implican más aspectos que los buenos modales y las frases de cortesía. Se considera que una persona posee habilidades sociales cuando es capaz de relacionarse satisfactoriamente con otras personas, expresar y responder efectivamente de acuerdo al contexto social en el que se encuentra. Es decir, las habilidades sociales dependerán del lugar y cultura en el que uno vive. No hay un criterio absoluto para definirlas. Existen diversas definiciones que incluyen la expresión honesta de sentimientos, la expresión de cualquier emoción salvo la ansiedad, entre otras; pero en todos los casos, hay un acuerdo en que sirven para solucionar situaciones, tareas o conflictos sociales en un contexto determinado.
Las habilidades sociales, además, involucran diversas destrezas como saber escuchar, ser asertivo y poder ponerse en el lugar de la otra persona (empatía). No solo se trata de expresar lo que se piensa o se siente, es necesario hacerlo sin dañar a los demás. Esto es lo que se llama asertividad, la capacidad de decir lo que uno piensa de manera apropiada, sin ser pasivo o agresivo.
Saber escuchar también es una habilidad importante, ya que permite que el interlocutor se sienta cómodo y en confianza para mantener la interacción social y posibilita responder eficientemente a sus necesidades.
Por último, la empatía es quizá la habilidad más compleja pero es parte de nuestro potencial natural como seres humanos. Estamos programados para sintonizar con las emociones de los demás y ello se va desarrollando desde el vínculo temprano con la madre, en las interacciones diarias con esta, mucho antes que haya lenguaje verbal. A pesar de ello, a veces da la impresión que es una habilidad escasa. Son incontables las veces que se escuchan frases desatinadas, que no tienen en cuenta cómo puede sentirse la otra persona. Ser hábil socialmente implica esencialmente una relación bidireccional. Por eso es necesario hacer el esfuerzo de ponerse en el lugar del otro antes de expresar cualquier opinión y estar consciente de este aspecto en toda interacción social. 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Terapia familiar


Cuando se piensa en un tratamiento psicológico, generalmente se imagina a una persona contándole a otra sus problemas en una pequeña sala. Este es el típico escenario de la terapia individual pero no es la única opción de terapia psicológica. Las aproximaciones grupales, por ejemplo, tratan a un grupo como unidad y no a una sola persona. Dentro de estas, la terapia familiar es una de las modalidades más utilizadas. Los terapeutas que trabajan con el grupo familiar piensan que la persona, y sus problemas, no pueden analizarse fuera del contexto familiar. Se considera que una familia es un sistema de relaciones y estos vínculos deben entenderse en conjunto. Las dificultades de una persona dentro de la familia se entienden como un síntoma del problema familiar. Las metas principales de este tipo de terapia son mejorar la comunicación familiar, alentar a los miembros para que muestren mayor empatía y disminuir los conflictos familiares, entre otros. Se trata de facilitar que la familia reconozca los aspectos positivos y negativos de sus relaciones interpersonales y que pueda aprender a vincularse de una manera funcional y más saludable. Por supuesto, esta modalidad terapéutica será  conveniente y efectiva para determinadas problemáticas y cuando todos los miembros de la familia se comprometan con esta.