lunes, 28 de marzo de 2011

¿Juguetes inocentes?

Cada día salen al mercado nuevos juguetes para niños y niñas, y los padres, empujados por la ansiedad de los niños y el deseo de complacerlos, salen a comprarlos sin analizar demasiado la influencia o repercusiones de los mismos sobre sus hijos. La última novedad en el mercado es una muñeca a la que no solo se le pueden cambiar los vestidos y accesorios sino que también incluye varias cabezas con diferentes características (facciones, estilos de cabello y peinados), que la niña puede intercambiar según su gusto u ocasión. Si tomamos en cuenta que la función y utilidad original de los juguetes era adiestrar a los niños en los oficios, labores o actividades que desempeñarían en el futuro (armas y carritos para los niños, muñecas y cocinitas para las niñas), no se puede dejar de pensar en las implicancias que tiene esto sobre la relación con el propio cuerpo y formación de la identidad. Si bien ahora el principal objetivo de los juguetes es la diversión, también éstos sirven para aprender y desarrollar habilidades. Entonces ¿qué les estamos enseñando a las niñas con estas muñecas? En esta época en la que las cirugías plásticas se incrementan día a día y son utilizadas cada vez por más personas, estas muñecas parecen ser una invitación a la práctica de los cambios corporales. Es un tema que vale la pena analizar antes de escoger el siguiente regalo para su hija.


*Publicado parcialmente en el suplemento Mi Hogar de El Comercio del domingo 27 de marzo de 2011.
http://elcomercio.pe/impresa/notas/juguetes-inocentes/20110327/733530

domingo, 20 de marzo de 2011

¿Estamos?

El otro día le pregunté a una amiga si “estaba” con la persona con la que sale hace dos meses y luego de pensar unos minutos me respondió: no sé. Aunque parezca extraño, esta respuesta se está volviendo bastante común. Incluso en las películas se está tocando el tema de las relaciones no oficiales. Las categorías son diversas: salir, amigos con derechos, satélites, etc. En algunos casos, la definición de la categoría está clara desde el inicio pero muchas veces las relaciones de pareja también se inician de esa manera. Escuchamos a menudo a personas preguntarle a sus parejas ¿qué somos?, refiriéndose al estatus de su relación. La mayoría coincide en que antes era más sencillo, la definición venía con la declaración de amor “la caída”. Ahora las cosas no son tan claras y muchas veces la confirmación de una relación viene a través de las redes sociales como el facebook y la actualización de la situación sentimental. Es decir, cuando se hace pública la relación y es compartida con los demás se vuelve “oficial”. Por supuesto, hay personas que se adaptan mejor a una dinámica de indefinición pero para otros esta situación resulta exasperante. ¿Cuánto debo esperar para saber si esto va o no va? comentó esta amiga. Es difícil determinarlo. Tal vez el punto más importante es cómo se siente uno en la situación en la que se encuentra, tener claro el tipo de relación que está buscando, y si ésta coincide con lo que está viviendo en ese momento.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Dele espacio a las emociones

PUNTO DE VISTA
La empatía es una habilidad básica para las relaciones interpersonales. Nos permite captar las emociones de los que están a nuestro alrededor y lo que pueden estar experimentando en ese momento.
Puede desarrollarse desde la infancia, si los padres sintonizan con las emociones del niño. Es decir, darle espacio a la expresión emocional de los hijos brindándoles el soporte que necesitan, lo cual implica ayudarlos a modular sus expresiones afectivas. No ignore las emociones ni las tolere exageradamente. Es necesario respetar los sentimientos de los niños para que ellos aprendan a respetar los de los demás, pues cuando se sienten queridos y aceptados, aprenden a querer y aceptar a otros.

ADHARA AMPUERO PSICÓLOGA CLÍNICA.

domingo, 13 de marzo de 2011

Iguales y diferentes

Hace pocos días se celebró el Día Internacional de la Mujer lo que motivó una vez más la reflexión sobre las desigualdades que aún existen entre hombres y mujeres, en términos de derechos y oportunidades como ciudadanos y ciudadanas que merecen un trato igualitario más allá de sus diferencias biológicas. Muchas veces las diferencias constitutivas se toman como excusas para señalar que no puede haber igualdad. Nadie niega las diferencias, pero es justamente por ello que se requiere buscar una equidad que asegure un trato de respeto entre unos y otros. Ello no es tarea fácil. La búsqueda de igualdad constituye una batalla larga que se sigue luchando en varios frentes. También desde lo psicológico estamos enfocados en la diferencia. Desde el inicio, nuestro desarrollo psíquico está centrado en diferenciarnos como personas y constituir una identidad propia, original e individual. ¿Podemos entonces superar nuestra tendencia a resaltar las diferencias? El énfasis en éstas nos aleja polarizando los aspectos masculinos y femeninos. ¿Cómo lograr enfocarnos en los aspectos comunes para lograr una sociedad más justa de respeto para todos? Jessica Benjamin señala que la dificultad reside en asimilar la diferencia sin repudiar la igualdad. El centrarnos en la igualdad y no en las diferencias nos permitiría enfatizar la comunalidad entre seres humanos, como hombres y mujeres. Es decir, buscar lo que nos une y nos acerca. Tal vez así sea más sencillo ponernos en el lugar del otro.

*Publicado en el segmento Mi Hogar el domingo 13 de marzo de 2011.

lunes, 7 de marzo de 2011

Análisis sobre El cisne negro

NINA EN EL DIVÁN
El cisne extraviado

Un perfil psicológico de Nina, la protagonista de “El cisne negro”, que le valió a Natalie Portman el Óscar a mejor actriz.

Por: Jorge Paredes

Domingo 6 de Marzo del 2011

Una puesta en escena de “El lago de los cisnes”, una joven y grácil bailarina de ballet obsesionada por conseguir el papel principal, una madre dominante y perversa, un director exigente y perturbador, son los elementos centrales de “El cisne negro”. Este thriller psicológico, dirigido por Darren Aronofsky, explora la búsqueda compulsiva por la perfección que agobia a Nina (magistralmente interpretada por Natalie Portman), una muchacha que llegará a inmolarse en aras de ser el cisne negro de la célebre obra de Tchaikovski.

Niña mala de la historia

“Nina ante todo es una adolescente y hay que encuadrarla en ese momento evolutivo”, dice la psicoanalista María Paz de la Puente, quien confiesa haberse sentido atrapada por la historia de esta joven atormentada, conflictiva y doliente. “Ella tiene una personalidad muy frágil, escindida, partida, que está muy bien simbolizada por el cisne negro y el cisne blanco. Un lado, el cisne blanco, está adaptado a duras penas a la realidad, aunque sin una identidad propia, pues es una prolongación de la mamá; y el otro, el cisne negro, es esa zona oculta que aparece por las demandas de su propia sexualidad, pero también por las exigencias de la danza y del director, que la invita a explorar su cuerpo. Es un lado brutal que ella había tratado de ocultar para ser la niña linda y buena de mamá”.

Saliendo de la realidad

¿Pero cuál podría ser el diagnóstico de Nina? ¿Es una muchacha perturbada por un entorno hostil o solo es alguien que trata de encarnar a la perfección el personaje de Tchaikovski? “Se trata de una personalidad frágil”, comenta la psicóloga clínica Adhara Ampuero. “Tal como lo plantea la película, lo que tiene Nina sería un trastorno de personalidad con episodios psicóticos. En términos sencillos, diríamos que ella tiene el control de las cosas, pero se va de la realidad por momentos”.

Esto aumenta con el estrés, por eso tras la llegada a la compañía de ballet de Lily (Mila Kunis), una chica que puede hacerle sombra en su camino a ser la estrella de “El lago de los cisnes”, Nina siente la presión y empieza a perder el equilibrio.

Es más, comienza a proyectar en Lily lo que ella quisiera ser o experimentar. Lily es la amiga que la ayuda a escapar del control materno, es la amante de sus fantasías sexuales, pero también es la rival a la que debe vencer o matar. “Nina proyecta hacia fuera todo lo malo, que está representado en la otra chica, aunque en verdad eso forma parte de ella misma”, agrega Adhara Ampuero.

El vuelo

“Nina podría ser diagnosticada como ‘borderline’, pues tiene períodos transitorios de locura, de psicosis, por tratar de dominar toda esa parte negra que la agobia”, afirma María Paz de la Puente. Así, vemos cómo ella se arranca la piel de las uñas, cómo se inflige lesiones, cómo se desfoga haciéndose daño y sintiéndose culpable por ello o cómo siente que de verdad le están naciendo plumas debajo de la piel, en un parto triste y doloroso.

“Eso que es una locura es al mismo tiempo una salvación para ella”, explica De la Puente. “Es paradójico porque al buscar ser el cisne negro (el personaje perverso de la obra de Tchaikovski), ella busca escapar del destino que tenía como cisne blanco. Y al final lo logra. Ella le dice al director que ha sentido la perfección y se tira hacia atrás, y aparece esa mancha roja de sangre en su vientre que se abre a muchas interpretaciones. Puede significar la muerte del cisne blanco, pero también podríamos pensar que ha perdido la virginidad, o puede estar ligada al nacimiento de un nuevo ser”.

Esa mezcla entre nacimiento, pérdida de la virginidad y muerte, esa lucha entre Eros y Tánatos, representa todo el simbolismo freudiano que cubre la película y, como dice María Paz de la Puente, no podemos evitar identificarnos con Nina porque todos alguna vez asesinamos a ese cisne blanco para dejar volar nuestras emociones y deseos.

*Publicado en El Dominical de El Comercio.
http://elcomercio.pe/impresa/edicion/2011-03-06/ecen060311z07/02














domingo, 6 de marzo de 2011

¿Instinto de supervivencia?

Muchas personas han estado en alguna situación en la que su vida estuvo en peligro (un accidente vehicular, un robo, un incendio, etc.). En estas circunstancias generalmente actuamos sin pensar y escapamos de la situación, comportándonos de una forma que nos sorprende ¿Qué ocurre en estos momentos?, ¿podemos hablar de un instinto de supervivencia? Al detectar un grave peligro, nuestro organismo activa un sistema de alarma (en el sistema Límbico) que lo prepara para sobrevivir. Esto desencadena varias reacciones fisiológicas similares en todos los seres vivos y se ponen en marcha de modo espontáneo acciones de huida o pelea frente al peligro inminente. Estas respuestas no solo se dan ante amenazas físicas, sino también ante amenazas psicológicas. Sin embargo, no siempre es fácil detectar cuando nos encontramos frente a una situación que pone en peligro nuestro bienestar psicológico. En diversas ocasiones nos mantenemos bajo condiciones adversas que nos afectan de diferentes maneras sin reaccionar efectivamente. Lo vemos frecuentemente en situaciones de maltrato emocional de parte de la pareja u otro familiar, hostigamiento laboral (mobbing) o acoso escolar (bullying), entre otros. En estos casos, las respuestas simples de huída o pelea, innatas en el caso de peligros físicos, no son suficientes. Estas situaciones son más complejas y dependerá entonces de nuestra capacidad para evaluar la situación lo más objetivamente posible contrastando la información que tenemos con la realidad y sobre todo, determinar qué es lo más conveniente para nuestro equilibrio emocional, el que tomemos la decisión de huir y buscar ayuda. No olvidemos que ello también puede volverse una cuestión de supervivencia.