El diagnóstico de
esquizofrenia puede ser difícil de aceptar para la familia del enfermo, ya que
es una condición que puede generar temor por la poca o inadecuada información
que se tiene al respecto. Además, suele haber una estigmatización social
relacionada a los trastornos mentales que podría dificultar un afrontamiento
directo y oportuno de la enfermedad. La esquizofrenia es un trastorno mental
que se caracteriza por la distorsión del pensamiento, la percepción, las emociones
y la conducta. Las personas que sufren esta psicopatología pierden el contacto
con la realidad y presentan diversos síntomas como ideas extrañas,
alucinaciones, creencias irracionales y lenguaje incoherente. El tratamiento
psiquiátrico es imprescindible y debe cumplirse estrictamente para evitar la
aparición de nuevas crisis o recaídas. El apoyo familiar es vital para la
recuperación de la persona, así como para lograr que el paciente se adhiera a
su tratamiento y pueda integrarse nuevamente a la sociedad; por lo que es necesario
que la familia reciba la orientación adecuada sobre todo lo relacionado al
trastorno. No es sencillo convivir con una condición como la esquizofrenia. Un
buen clima familiar con bajos niveles de estrés es indispensable. Por ello se
recomienda que la familia también cuente con apoyo psicológico que le permita sobrellevar
la enfermedad de la mejor manera posible.
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