Uno de los conceptos más populares y extendidos en psicología es el tema de la autoestima. Es común ver ofertas de talleres para mejorarla y se escucha recurrentemente en el consultorio: “quiero aumentar mi autoestima”. Si bien no todo se reduce a ello, es cierto que un sentimiento de valía personal adecuado es clave para alcanzar un equilibrio emocional óptimo, ya que la autoestima está significativamente asociada a la satisfacción personal y al funcionamiento efectivo. Si una persona se siente valiosa, capaz, significativa y con éxito; tendrá más posibilidades de resolver los problemas que se le presenten y lograr las metas que se propone. Ahora ¿Por qué algunas personas logran valorarse a sí mismas, mientras otras parecen necesitar que otros les ratifiquen una y otra vez que son valiosas? La autoestima se va formando desde los primeros años de vida a partir de las actitudes y trato de la familia y otros significativos. A partir de ello, el niño o niña empieza a hacerse ideas sobre sí mismo que irá contrastando a lo largo de su vida. Si nos sentimos apreciados, queridos y respetados, aprendemos a apreciarnos, querernos y respetarnos. Este es un proceso complejo, largo y constante. Las etiquetas, los insultos y los fracasos, aunque se den solo en ocasiones, pueden hacer que se interiorice un sentimiento desaprobatorio hacia uno mismo y ello puede llevar a la persona a buscar aprobación constantemente en los demás.
*Publicado el domingo 18 de setiembre en el segmento Mi Hogar de El Comercio
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