Nunca dejan de sorprenderme las explicaciones de los hombres - no todos, espero - sobre algunos temas concernientes a la relación entre ambos sexos. Hace unos días leí un comentario en una red social sobre una foto que invocaba a los chicos a ponerse en el lugar de las mujeres, aludiendo que a éstas les gusta que los hombres aprecien sus curvas. Ah ok, todo sucede porque a las mujeres les gusta, no a ellos. Qué fácil es tirar la pelota a la otra cancha y mostrar cara de “yo no fui”. Las relaciones entre las personas no son unidireccionales. A las mujeres les gusta ser apreciadas pero ello no significa que les encante ser reducidas a una sola zona de su anatomía. Tampoco utilizan el transporte público porque les gusta que las toquen, como afirmó otro conocido. Lo hacen porque es el único medio al que pueden acceder. Sería ideal que todas las personas tuvieran auto propio, aunque sería mejor que las chicas no tengan que estar pendientes de si las roban, las tocan o les dicen obscenidades yendo al colegio. Y ello solo implica que ellos las respeten como personas. Es increíble cómo en esta época se siguen repitiendo patrones y estereotipos sexistas que favorecen que se culpabilice a las mujeres por lo que les sucede. Las cosas son mucho más complejas de lo que parecen para simplificarlas de esa manera, sino pensemos en lo que diría Eva.
*Publicado el domingo 19 de febrero de 2012 en el segmento Mi Hogar de El Comercio.
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