jueves, 21 de noviembre de 2013

Convivir con una mascota

A la mayoría de personas les gustan los animales aunque no todos tienen o han tenido, alguna vez, una mascota. No obstante, los que comparten su vida con algún perro, gato, conejo, ave u otro animalito; saben lo afortunados que son.
Las mascotas traen múltiples beneficios a las personas. El vínculo que se forma con estos pequeños compañeros es diferente y especial. El cariño que brindan las mascotas es constante y desinteresado. Siempre están allí para acompañar y acurrucarse junto a su “humano”. Y es que para disfrutar plenamente de una relación como esta no es posible ser amo y tratar a los animales como una posesión más. Es un vínculo en el que se da y se recibe por igual.
Compartir la vida con una mascota es, ante todo, una responsabilidad. Es deber de las personas cuidar de los animales a su cargo y cubrir todas sus necesidades básicas. A cambio, ellos brindan compañía, sosiego, apoyo en momentos de pesar y alegría con sus tiernas acciones.
Diversos estudios se han centrado en los beneficios que traen las mascotas para la salud de las personas, especialmente a los adultos mayores, al punto que se les considera como una medicina preventiva. Acariciar una mascota produce efectos relajantes en la persona, lo que favorece la disminución de la presión arterial. Además de mitigar la soledad, también favorece que el adulto mayor se enfoque en el cuidado de estos, estimule la comunicación y se sienta útil y motivado, lo que beneficia la autoestima y bienestar psicológico general.
Todas las personas que tienen la suerte de tener una mascota saben que, el solo hecho de verlas al llegar a casa luego de un largo día, mejora instantáneamente su humor y permite dejar de lado todos los problemas para disfrutar de un simple juego con una pelota, cuerda o un palo de madera. Compartir con ellos ayuda a eliminar el estrés cotidiano y promueve el ejercicio, además de estimular la expresión de emociones.

Seguramente algunas personas leerán estas líneas pensando en los gastos y dificultades que pueden desprenderse de convivir con un compañero perruno o  gatuno. Por supuesto es un costo extra, en términos de dinero y obligaciones diarias con ellos. Además, no faltan los amigos que señalen el mueble raído de la sala y sentencien que no se tendrá nunca una casa decorada cual revista que se pueda presumir; pero lo que probablemente piensan los amantes de las mascotas, es que ningún sillón les producirá nunca la felicidad que le brindan esos compañeros de cuatro patas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario