
La ludopatía se define como un
trastorno de control de impulsos. La persona no resiste la tentación de jugar.
Esta conducta es reiterativa y va en aumento a pesar de las pérdidas económicas
hasta afectar de manera significativa el funcionamiento en todos los aspectos:
personal, familiar, económico, laboral y social.
La búsqueda de ayuda se
retrasa pues la persona cree que tiene el control sobre el juego cuando realmente
es esclavo del mismo. Este pasa de ser ocasional a convertirse en el eje de la
vida de la persona. El jugador patológico atraviesa diferentes fases: ganancia,
pérdida, desesperación y desesperanza. Las apuestas aumentan, se endeudan cada
vez más y a pesar de las pérdidas, no pueden dejar de jugar.
En ese sentido, los síntomas
del juego patológico son similares a los definidos para el abuso de drogas, la
persona no puede refrenar la conducta y sufre de síndrome de abstinencia cuando
no juega, por eso la ludopatía es considerada una adicción sin sustancia, ya
que hay una dependencia hacia una actividad y no a una droga. El juego también provee
fascinación y placer momentáneo pero luego se cae en un estado de angustia que
lleva a volver a jugar y hundirse cada vez más.
El juego compulsivo como cualquier otra adicción pone en riesgo a la
persona porque trae diversas dificultades en su vida.
Si bien no se describe un
perfil de personalidad específico entre los jugadores patológicos se han
descrito algunas patologías psiquiátricas asociadas a este problema como cuadros
de depresión, ansiedad y abuso de sustancias. Es común que la persona busque
ayuda por estos problemas y no mencione su hábito de jugar. También pueden
aparecer o agravarse síntomas depresivos o de ansiedad como consecuencia del
progreso de la ludopatía junto con otros problemas como quiebra financiera,
divorcio, perdida del trabajo e incluso intento de suicidio.
El tratamiento consiste en
lograr la abstinencia de la conducta de juego y la aceptación del problema es
el primer paso para la recuperación. El uso de fármacos y psicoterapia es
recomendable para brindar apoyo al paciente y evitar las recaídas.
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