miércoles, 4 de diciembre de 2013

Juego patológico

Los juegos de azar han existido desde la antigüedad y, probablemente, en todas las épocas hubo personas que apostaron compulsivamente. No obstante, el juego patológico o ludopatía se reconoce como trastorno recién en 1980 en la tercera edición del Manual de Diagnóstico Psiquiátrico de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA).
La ludopatía se define como un trastorno de control de impulsos. La persona no resiste la tentación de jugar. Esta conducta es reiterativa y va en aumento a pesar de las pérdidas económicas hasta afectar de manera significativa el funcionamiento en todos los aspectos: personal, familiar, económico, laboral y social.
La búsqueda de ayuda se retrasa pues la persona cree que tiene el control sobre el juego cuando realmente es esclavo del mismo. Este pasa de ser ocasional a convertirse en el eje de la vida de la persona. El jugador patológico atraviesa diferentes fases: ganancia, pérdida, desesperación y desesperanza. Las apuestas aumentan, se endeudan cada vez más y a pesar de las pérdidas, no pueden dejar de jugar.
En ese sentido, los síntomas del juego patológico son similares a los definidos para el abuso de drogas, la persona no puede refrenar la conducta y sufre de síndrome de abstinencia cuando no juega, por eso la ludopatía es considerada una adicción sin sustancia, ya que hay una dependencia hacia una actividad y no a una droga. El juego también provee fascinación y placer momentáneo pero luego se cae en un estado de angustia que lleva a volver a jugar y hundirse cada vez más.  El juego compulsivo como cualquier otra adicción pone en riesgo a la persona porque trae diversas dificultades en su vida.
Si bien no se describe un perfil de personalidad específico entre los jugadores patológicos se han descrito algunas patologías psiquiátricas asociadas a este problema como cuadros de depresión, ansiedad y abuso de sustancias. Es común que la persona busque ayuda por estos problemas y no mencione su hábito de jugar. También pueden aparecer o agravarse síntomas depresivos o de ansiedad como consecuencia del progreso de la ludopatía junto con otros problemas como quiebra financiera, divorcio, perdida del trabajo e incluso intento de suicidio.

El tratamiento consiste en lograr la abstinencia de la conducta de juego y la aceptación del problema es el primer paso para la recuperación. El uso de fármacos y psicoterapia es recomendable para brindar apoyo al paciente y evitar las recaídas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario