viernes, 1 de mayo de 2009

Comentarios sobre el debate Green – Wallerstein

El objetivo de este ensayo es revisar dos posiciones diferentes, casi antagónicas, sobre la investigación dentro del psicoanálisis y analizar las implicancias epistemológicas al respecto.
Antes de plantear las dos posiciones es necesario señalar el contexto general de la investigación en psicoanálisis. La concepción de ésta está íntimamente ligada a la concepción de la ciencia o las ciencias.
En ese sentido, Leuzinger-Bohleber y Bürgin (2003) expresan que hay un entendimiento uniforme de la ciencia (entendida como unidad) que presume volverse la única y dominante definición de ciencia, debido a que aparentemente posee los criterios válidos universales de calidad científica. Este entendimiento de ciencia destruye la riqueza y variedad de algunos conceptos claves en psicoanálisis como las fantasías inconscientes y los conflictos, ya que éstos no son observables directamente debido a su ambigüedad y complejidad.
Esto ha llevado a que los miembros de las diferentes sociedades psicoanalíticas critiquen esta uniformidad de las ciencias, postulando, en algunos casos, una pluralidad de ciencias y métodos de comprobación.
Es cada vez más claro que no es posible concebir una unificación teórica para todas las ciencias. Este pluralismo conduce, de acuerdo a Hampe (2000) a un pluralismo de teorías, de experiencias, de valores epistémicos y de métodos (Leuzinger-Bohleber y Bürgin, 2003).
El contacto directo con aproximaciones empírico-cuantitativas en investigación, han desatado críticas de muchos miembros de la IPA. Entre los críticos, uno de los más acalorados es sin duda André Green. Las críticas de uno y otro lado, se relacionan y están influidas también, por las diferentes tradiciones locales en investigación, que diferencian, por ejemplo, a anglosajones de franceses y estadounidenses. Ello se refleja en los diferentes tipos de investigación que se realizan dentro del psicoanálisis.
De acuerdo a Leuzinger-Bohleber y Bürgin (2003) dentro del campo de la investigación en psicoanálisis, podemos distinguir tres clases de investigación:
1. Investigación Clínica
2. Investigación Conceptual
3. Investigación Empírica

La primera puede entenderse como el proceso circular de reconocimiento y generación de insights y conocimientos. Se compara continuamente el material clínico con los conceptos y modelos teóricos existentes. Este tipo de investigación plantea problemas metodológicos debido a su proceso circular. Las principales críticas están dirigidas a la influencia de la sugestión.
La investigación conceptual se define por la materia de investigación, es decir, los conceptos psicoanalíticos. Esa es la principal diferencia con la investigación clínica. Para ésta, los conceptos son herramientas, no el objetivo de su estudio.
La investigación conceptual se basa en la investigación sistemática de usos y significados de los conceptos psicoanalíticos, incluyendo los cambios que se den, tanto en el contexto de la clínica como fuera de ella.
La investigación empírica evalúa fuera de la clínica, teorías y modelos que son generados en la situación clínica, así como la evaluación de la eficacia de los tratamientos y de nuevas teorías producidas en la observación empírica, entre otras.
Esta última clase de investigación es la que más debates y discusiones ha gestado dentro de la comunidad psicoanalítica. Se suele oponer, en este sentido, la investigación clínica a la extra-clínica.
Sin embargo, éstas están íntimamente relacionadas como señala la siguiente cita:

“Las teorías o modelos que son evaluados extra-clínicamente (experimentalmente) han sido generados siempre en la situación clínica, por lo tanto basados en la investigación clínica” (Leuzinger-Bohleber y Bürgin, 2003, p.19).

Green y Wallerstein representan dos posiciones opuestas respecto al estatuto epistemológico del psicoanálisis, lo que implica el dato clínico, la teoría, los criterios de validación y comprobación. Examinaremos las ideas de cada uno a continuación.
Green (2000) muestra una posición clara frente a la investigación. Señala que junto a la riqueza de la experiencia clínica y el psicoanálisis, los descubrimientos de los investigadores son muy magros. La investigación, para este autor, resulta en una simplificación del conocimiento psicoanalítico.
Green (2000) expresa que hay una gran confusión en los descubrimientos de lo que está etiquetado como “Investigación”.

“No pude resistir abrir el Volumen 24 de la Edición Estándar, en el índice general de materias. El resultado no fue sorprendente para mí. No hay mención, en la búsqueda de textos de Freud, del término ‘Investigación’ (‘research’) “(Green, 2003, pp. 26).

Green (2003) señala que hay dos posibilidades por las que Freud no utilizó el término investigación (research). Una razón puede ser que no lo hiciera porque considerara todo su trabajo como investigación. Otra posible respuesta es que esa clase de investigación sobre la actividad psíquica fuera casi inexistente en su época. Creemos que ambas opciones pueden ser verdaderas.
Sin embargo, en el 2000 Green había señalado que Freud, en muchas circunstancias, contradijo los criterios científicos de su época con su investigación específica (specific investigation). Dado esto, no queda claro qué entiende Green por “investigación”. A primera vista, parece que no está de acuerdo con ningún tipo de investigación e incluso rechaza el término. Sin embargo, notamos que es muy cuidadoso con el lenguaje, al jugar con dos términos que básicamente señalan algo similar: ‘investigate’ y ‘research’.
¿No está definido el Psicoanálisis en primer término como un “método de investigación”? (Laplanche y Pontalis, 1993).
Para Green esto es cierto pero sólo para el tipo de investigación que está asociada al término “investigate”. Por otro lado, el término “research” es el que no considera parte del psicoanálisis, ya que se hizo vigente después a mediados del siglo XX y surgió como parte de las ciencias empíricas con las que no está de acuerdo para el psicoanálisis.
Aunque Green (2000, 2003) no lo menciona explícitamente, está de acuerdo con la investigación en psicoanálisis, pero sólo con la investigación que proviene de la clínica y que va de acuerdo a lo que él llama el ‘espíritu’ del psicoanálisis (“investigate”). Con ello, se refiere a la identidad esencial del trabajo psicoanalítico, que cualquier psicoanalista de tiempo completo puede entender, según señala.
Sin embargo, indica con respecto a la investigación clínica que los psicoanalistas deben ocuparse primero de lo que son, antes de investigar en sus pacientes. En cuanto a la investigación conceptual, para Green ésta es imposible si no está enraizada en la historia del psicoanálisis. Enfatiza que la investigación conceptual debe ser realmente conceptual y no descriptiva.
En relación a la investigación empírica, especialmente la observación de infantes, Green expresa que los datos genéticos y conductuales son para los conductistas, no para los psicoanalistas. A pesar que acepta el valor de otras disciplinas como la biología, sociología o psicología, expresa que éstas no están relacionadas con el psicoanálisis. La observación no es un método apropiado para el psicoanálisis.

“La observación madre-bebe o cualquier otra observación sólo puede observar las manifestaciones externas de cada participante. Lo que es expresado fuera y puede ser observado no es la traducción de lo que ocurre dentro, en el mundo interno inconsciente” (Green, 2003, p. 43).

En relación a la cita anterior, Green explica que la única cosa que se puede “observar” en psicoanálisis es el fenómeno psíquico. Para ello no se tienen herramientas directas, sólo recursos indirectos como el material verbal, los sueños, las fantasías.
Es claro entonces que para Green el único tipo válido de investigación es la que se deriva de la situación clínica. Sin embargo, es muy específico al separar lo que para él es investigación psicoanalítica y lo que no es, como observamos con la investigación conceptual. Plantea entonces que la investigación psicoanalítica debe respetar las particularidades del pensamiento psicoanalítico.
Propone entonces, introducir el concepto “pensamiento clínico”, debido a que considera erróneo considerar a la clínica solamente como la aplicación de otros factores básicos que deben ser científicamente investigados y alcanzar un estatus teórico. Para Green el núcleo central de la investigación debe ser el inconsciente y sólo la experiencia analítica, y más específicamente la sesión analítica, que es la condición indispensable para el estudio del inconsciente. Sin embargo, esta práctica, que puede ser vista como una investigación permanente, no encaja en los criterios usuales del método científico.

“Pienso que había una clase de causalidad específica en el pensamiento clínico el cual no puede ser reducido a otros modos de pensamiento que están más ligados a la ciencia” Green, 2003, p. 28).

Es decir, este tipo de pensamiento particular al psicoanálisis no puede operacionalizarse para formar parte de una ciencia general. Es más, la cita anterior nos remarca la posición de Green con respecto al estatuto científico del psicoanálisis. Este está alejado de la ciencia, por lo menos de la ciencia como se la entiende tradicionalmente.
Sin embargo, el pensamiento clínico crea conceptos capaces de tratar con las razones del inconsciente y sus parámetros, sus transformaciones, racionalizaciones, entre otras. Una de las características del pensamiento clínico, es que es dialógico. Es decir, no sólo trata con el paciente sino con el analista que tiene como tarea escuchar al paciente.

Wallerstein (2000) por su lado, señala que Freud mencionó que el psicoanálisis pertenecía propiamente a las ciencias y no a las humanidades. Sin embargo, para Green el psicoanálisis tiene un origen doble: por un lado la medicina y psiquiatría, y por otro la cultura: literatura, arte, historia de la civilización, entre otras.
Wallerstein (2000) expresa que si se va a progresar en el conocimiento construyéndolo en base a la observación y conceptualización, la investigación científica, en el sentido de idear métodos para evaluar las formulaciones y fenómenos inferidos es más plausible, y está más de acuerdo con la observación que las formulaciones alternativas.
Wallerstein (2000) señala además, que la ciencia no se define por su contenido sino por sus métodos de indagación, y que el reto de la investigación en psicoanálisis es conseguir progresos en el conocimiento, a través de métodos encaminados a mantener el ‘espíritu’ del psicoanálisis y no yendo en contra de éste. Expresa que a veces puede darse una sobresimplificación en la investigación, como señala Green (2000), pero por ello la búsqueda métodos adecuados es una meta por alcanzar.
En relación a ello, acepta que la investigación extra-clínica es útil e importante, aunque tienen sus propios problemas conceptuales y metodológicos, sobre todo en áreas interesantes como el estudio de la situación analítica. A pesar de ello, ésta no se debe dejar de lado y señala la importancia a volcarse más intensamente a verificar los datos derivados del consultorio, en consonancia con los requisitos de la ciencia empírica.
Es decir, encontrar métodos particulares dentro de la ciencia empírica que sean capaces y sensibles para evaluar los datos y conceptos provenientes de la práctica y teoría psicoanalítica.
Wallerstein (1997) se interesa particularmente por el concepto de predicción como principio básico para la investigación en psicoanálisis. Señala la importancia de seguir desarrollando un cuerpo de conocimientos científicos del psicoanálisis, defendiendo su estatus de ciencia. Expresa la importancia de esta tarea en la siguiente cita:

“Nuestra confianza en nuestra tarea tendrá que basarse no en el recuerdo de héroes del pasado sino en datos derivados de la observación, cuidadosamente reunidos, pues la pretensión del psicoanálisis de ocupar un lugar entre las ciencias empíricas se basa precisamente en este conjunto de procedimientos” (Wallerstein, 1997, p. 74).

Lo que está buscando Wallerstein, entonces es en cierta manera adecuar las particularidades del psicoanálisis a una ciencia general, que esté normada por una metodología empírica con criterios de verificación y comprobación, validez y confiabilidad, entre otras.
Green (2000) reclama que el proceso psíquico no puede ser observado y se refiere específicamente a la observación de infantes, señalando que el problema de ésta es que no puede separarse el marco teórico en el que son formalizados los descubrimientos. Es decir, no está de acuerdo con utilizar un marco general de ciencia unívoca para interpretar los datos, ya que se pierde la esencia del psicoanálisis. Se debe buscar entonces, otra manera de investigar en psicoanálisis.

“Nosotros seguimos en búsqueda de un método de investigación que sea coherente, no con el contenido del psicoanálisis sino con el tipo de pensamiento que es su verdadero objeto” (Green, 2000, pp. 37).

Estas dos posiciones representan a dos grupos, los que apuestan por una manera particular de investigar en psicoanálisis integrando todas las características y complejidades de esa disciplina, y los que buscan adaptar los métodos científicos empíricos a las complejidades del psicoanálisis con el fin de darle un estatus de ciencia dentro de una concepción científica general.

Creemos más plausible la primera, ya que permitiría conservar todas las particularidades y peculiaridades del psicoanálisis. Sin embargo, no creemos que por ello, se deba abandonar la pretensión de ciencia en psicoanálisis. Más bien se debe trabajar en encontrar los métodos de investigación específicos a este tipo de ciencia particular y definir un marco conceptual y epistemológico que ayude a demarcar claramente el psicoanálisis. Esto es particularmente importante, ya que se pueden señalar una diversidad de tendencias y escuelas psicoanalíticas. Por ello, antes de ocuparse de la diversidad de las ciencias los psicoanalistas deben preocuparse de la diversidad del psicoanálisis.
Sin embargo, no estamos de acuerdo con Green al señalar que la investigación empírica, y específicamente la observación de infantes, no puede enriquecer al psicoanálisis. Si bien la investigación empírica, puede simplificar en algunas ocasiones, los procesos y datos psicoanalíticos, ésta puede ser útil para validar de manera externa conceptos y procesos dentro del psicoanálisis.
Es decir, es muy importante encontrar los caminos adecuados para establecer la validez interna del psicoanálisis. Sin embargo, la investigación empírica nos permite acceder a una suerte de validez concurrente. Esto es, evaluar el mismo concepto o hecho desde dos métodos diferentes, para valorar las similitudes o diferencias en los resultados. Esto valida ambos métodos a la vez, lo que llevaría a una interdisciplinariedad que enriquecería sin duda al psicoanálisis.
Por otro lado, creemos que Green tiene una actitud cerrada ante nuevas formas de trabajar en psicoanálisis, ya que para él sólo pertenece a la disciplina lo que viene del “diván” como señala en varias ocasiones. Nos preguntamos qué es lo que piensa del trabajo con familias y con grupos desde el psicoanálisis.
Pensamos que el potencial del psicoanálisis va más allá de la situación analítica, si bien ésta es la situación característica.
Además, tampoco estamos de acuerdo con su posición ante la observación. Creemos que sí se puede hacer observación dentro del psicoanálisis, y efectivamente se ha hecho. La experiencia de Freud con el niño del Fort Da, nos lo señala. Green astutamente recoge esta experiencia tomando en cuenta sólo la importancia del lenguaje en la situación para Freud. Sin embargo, es indudable que si Freud no hubiera observado la conducta del niño, no habría sido posible la elaboración de su explicación.
Lo mismo ocurre, creemos, en el mecanismo de la actuación. ¿Cómo puede dejar de lado Green la importancia de la observación en este mecanismo?
Wallerstein, por su lado, tiende a apoyarse en los inicios del psicoanálisis y su pretensión de ser una ciencia como la psiquiatría, medicina o biología.
Creemos que tanto Green como Wallerstein, tienden a tomar los pasajes de los textos que apoyan su punto de vista y dejar de lado los demás. Tal vez, el que ambos puedan referirse a Freud y psicoanalistas posteriores para apoyar sus ideas, nos señala que ambos tienen parte de razón y pueden ser parte de la misma “ciencia”.

Referencias bibliográficas
Green, A. (2000). What Kind of Research for Psychoanalysis? En: Sandler, J., Sandler, A., Davis, R. (Eds.). Clinical and Observational Psychoanalytic Research: Roots of a Controversity. London: Karnac Books.
Green, A. (2000). Science and Science Fiction in Infant Research. En: Sandler, J., Sandler, A., Davis, R. (Eds.). Clinical and Observational Psychoanalytic Research: Roots of a Controversity. London: Karnac Books.
Green, A. (2003). The pluralism of Sciences and Psychoanalytic Thinking. En: Leuzinger-Bohleber, M., Dreher, A., Canesgtri, J. (Eds.). Pluralism and Unity? Methods and Research in Psychoanalysis. London: The Internacional Psychoanalytic Association.
Freud, S. (1920). Más Allá del Principio del Placer. En: Obras Completas (Traducción López Ballesteros, 1981). Madrid: Biblioteca Nueva.
Leuzinger-Bohleber, M., Bürgin, D. (2003). Pluralism and Unity in Psychoanalytic Research: Some Introductory Remarks. En: Leuzinger-Bohleber, M., Dreher, A., Canesgtri, J. (Eds.). Pluralism and Unity? Methods and Research in Psychoanalysis. London: The Internacional Psychoanalytic Association.
Wallerstein, R. (2000). Psychoanalytic Research: Where do we disagree? En: En: Sandler, J., Sandler, A., Davis, R. (Eds.). Clinical and Observational Psychoanalytic Research: Roots of a Controversity. London: Karnac Books.

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