A estas alturas del año todos están pensando en las fiestas y vacaciones de diciembre. Sean varias semanas o sólo unos días, el descanso sirve para recargar energías y renovar la motivación en el trabajo. Sin embargo, si después de varios días fuera de la oficina regresa al trabajo igual de cansado, sin ganas de cumplir sus funciones, con cierta sensación de ineficacia y poca tolerancia para relacionarse con las personas de su equipo laboral; podría estar padeciendo de síndrome de Burnout o agotamiento profesional. Esta condición afecta particularmente a profesionales que trabajan con otras personas como médicos, docentes, personal de atención al público, entre otros. El burnout se considera un trastorno adaptativo crónico, una sobre adaptación relacionada a las demandas psicológicas de algunos trabajos. Se presentan sentimientos de despersonalización, enfermedades psicosomáticas y sensación de baja realización personal entre los síntomas. ¿Qué hacer si se encuentra en esta situación? Una de las claves es mejorar la comunicación en el trabajo, tanto con los superiores como con los subalternos. Exprese lo que siente. Además procure identificar y analizar los eventos desencadenantes del burnout, conocer los efectos estresores de su práctica profesional, desarrollar habilidades de manejo de la tensión y afrontamiento de los problemas; así como buscar un espacio de supervisión o soporte emocional. No dé la espalda a los problemas del trabajo, las cosas no se solucionan solas, hay que actuar y buscar los cambios que ayuden a seguir disfrutando de su carrera.
*Publicado en el segmento Mi Hogar de El Comercio el domingo 06 de noviembre de 2011.
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