Un cuento chino es una película argentina muy recomendable. En ella se encuentra comedia, drama y diversos elementos psicológicos para interpretar. El personaje principal, un hombre solitario, amargado y alejado de todo contacto interpersonal significativo, parece suspendido en el tiempo. Su rígida rutina es alterada por la llegada de un muchacho chino perdido y por una mujer que intenta acercase afectivamente a él, lo que lo obliga a interactuar con ellos a pesar de su reticencia. La muerte de su madre al nacer y luego de su padre cuando era adolescente, lo convencieron de que la vida no tiene sentido y todo acaba mal siempre. Esta idea fija es confirmada una y otra vez a partir de su colección de noticias increíbles en que la tragedia llega de una manera única e improbable. Y esto es lo que sucede muchas veces cuando las personas están atrapadas en una situación de la que no pueden reponerse. Cuando alguna experiencia de vida ha sido tan dolorosa para alguien, la ira, el pesimismo y la desazón tiñen todos los aspectos de la persona y alcanzan a los que están alrededor. Solo cuando uno acepta lo que sucedió y le da un sentido, se permite aprender de la experiencia vivida y seguir adelante. Esto es lo que le muestra el muchacho al personaje principal en la película. Finalmente, las cosas pasan por algo y siempre hay que permitirse otra oportunidad.
*Publicado en la sección Mi Hogar de El Comercio el domingo 27 de noviembre de 2011.http://elcomercio.pe/impresa/notas/soltar-aceptar/20111127/1339785
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