jueves, 7 de marzo de 2013

Primer día de clases


El primer día que los niños van al colegio es todo un acontecimiento para la familia. Padres e hijos salen apresurados y nerviosos a enfrentarse a una situación completamente nueva. Las emociones generalmente son moduladas pero el rostro de los padres es bastante elocuente. Es una mezcla de alegría, orgullo, temor, angustia, todo a la vez.
Los padres, por lo general, están más angustiados que sus hijos. Temen que a sus pequeños no les guste el colegio, no quieran quedarse o no los dejen irse. Es importante que puedan mantener la calma para no alterar más de la cuenta a los pequeños. Trate de enfocarse en los aspectos positivos y las novedades que traerá esta nueva etapa para que sus hijos estén motivados y entusiasmados con el comienzo de su vida escolar.
Los niños también están emocionados. Como cualquier situación nueva les provoca curiosidad y expectativa además de un poco de temor. Los más desenvueltos y sociables se adaptan más fácilmente a cualquier evento novedoso. Los más introvertidos tal vez necesiten un lapso de tiempo mayor para acostumbrarse al nuevo lugar y grupo pero no se preocupe, tarde o temprano, todos los niños se adaptan y disfrutan de su nuevo espacio social.
¿Qué hacer si su hijo llora el primer día? Es natural que los niños teman quedarse solos el primer día de clases, sobre todo si es una escuela nueva. La mayoría de colegios y nidos programan algunos días de adaptación para los más pequeños. Primero van con los padres para familiarizarse con el lugar, se quedan solamente un par de horas con ellos para conocer a las profesoras, personal de apoyo y sus compañeros. Después los niños se quedarán solos paulatinamente. La finalidad es que los niños se sientan en un lugar seguro y confiable. Estos días también ayudan a los padres a sentirse más confiados en la institución a la que van a mandar a sus hijos varias horas todos los días.
Si luego de esta fase de adaptación su niño aún sigue temeroso de quedarse solo en la escuela, no se alarme. Cada niño tiene su propio ritmo y algunos necesitan más tiempo para sentirse cómodos y tranquilos en un espacio nuevo. Hable con los profesores para alargar el período de adaptación o encontrar otra manera que les ayude a ir disminuyendo el temor y ajustarse adecuadamente al ambiente escolar.
No es recomendable obligarlo o forzarlo a quedarse si lo ve angustiado. Ello será contraproducente y puede provocar que el niño se niegue rotundamente a volver a la escuela. Tome en cuenta que todo cambio importante requiere de un proceso gradual.

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