miércoles, 12 de febrero de 2014

Indignación

La indignación es un sentimiento intenso y visceral pero también natural y necesario. Pero ¿por qué es importante experimentar una sensación así? La indignación se produce ante un acto que es considerado injusto, ofensivo o perjudicial. Se expresa por el enfado, el enojo o la ira frente a un agravio. La in-dignación expresa que se ha afectado la dignidad; y esta, es el respeto y estima que tiene alguien de sí mismo y merece que otros consideren. La palabra “digno” viene del latín valioso. Una persona digna es una persona con valor. Conservar la dignidad es mantener el honor y hacer respetar los propios derechos como persona. Ello también vale para los demás, por supuesto. Si otra persona es tratada de manera indebida o injusta nos sentiremos indignados si somos capaces de ponernos en su lugar. Diversas situaciones sociales llevan a experimentar indignación y es imprescindible indignarse ante las injusticias para poder actuar frente a ellas. No obstante, es fundamental aprender a canalizar ese sentimiento para no proceder impulsivamente. Una emoción tan intensa puede llevar a reaccionar sin mediación o procesamiento racional alguno y desembocar en agresión y violencia. Por ello, es necesario transformar la indignación en el motor que lleve a acciones constructivas y a cambios favorables para todos.


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