jueves, 31 de enero de 2013

Pataletas y tolerancia a a la frustración


Toda persona busca satisfacer sus necesidades, cualquiera que estas sean (físicas, psicológicas, sociales o materiales) pero estas no siempre pueden ser cubiertas inmediatamente. La mayoría de veces se debe esperar para alcanzar lo que se quiere, lo que implica madurez.  Es decir, poder postergar una necesidad y tolerar la frustración que conlleva ello, es un logro del desarrollo. Los niños tienen más dificultades para esperar que sus necesidades sean cubiertas. Primero es la leche, luego un juguete, dulces u otros; y cuando sus deseos no son atendidos es común que reclamen airadamente, dejándose llevar por sus impulsos y hagan pataletas.
Estas suelen presentarse en niños entre 2 y 4 años y expresan, en general, la dificultad del pequeño para responder adecuadamente a una situación que lo frustra. En las pataletas los niños expresan con el cuerpo (llanto, movimiento de extremidades, golpes y agresividad, en algunos casos) todo lo que no les es posible poner en palabras. Es por ello imprescindible que los padres puedan entender qué puede estar detrás de la rabieta para darle la contención emocional necesaria. Estos deberán actuar como una suerte de traductores de lo que el niño está sintiendo para ayudarlo a calmarse. Así aprenderán a identificar sus emociones y comunicarlas efectivamente.
Ahora es necesario tener en cuenta la edad del niño para responder adecuadamente. A más pequeños los niños, menor será la tolerancia a la frustración y mayor la probabilidad de rabietas cuando no se les da gusto.

¿Qué hacer? Dar todo lo que piden al instante para evitar que lloren va a dificultar que puedan aprender a tolerar la frustración, modular sus impulsos y saber que se necesita esfuerzo y tiempo para lograr lo que se quiere.
Lo ideal es tener calma y paciencia para ayudarlos a entender, poco a poco, que las cosas no se tienen en el momento que se desean. Ello, por supuesto, no será una tarea fácil y en ocasiones, será una lucha diaria. No obstante, los horarios y las reglas claras pueden ayudan a interiorizar esto. Por ejemplo, la espera del postre luego de la comida, salir a jugar o ver tele después de hacer tareas, esperar a su cumpleaños para obtener el juguete soñado, u otras, son pautas que les permitirán ir postergando sus deseos y desarrollando su tolerancia de una manera apropiada.

Los padres deben tener constancia en este proceso, ya que estos logros no se consiguen rápidamente pero serán imprescindibles para que estos niños en la adultez puedan trazarse metas y alcanzarlas con tesón y persistencia a pesar de los obstáculos y demoras que se presenten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario