
Los opuestos se atraen. Es
cierto que la atracción puede darse entre personas muy diferentes pero ello no
es suficiente para que una relación funcione. La pasión es un ingrediente
importante pero no es el único. Los intereses comunes, las metas compartidas y
una visión similar de la vida son aspectos necesarios para construir una
relación de pareja saludable.
Más te cela, más te quiere.
Se suele pensar que los celos son muestran de amor pero más bien son un síntoma
de desconfianza e inseguridad y describen dificultades personales como actitudes
de control, posesividad e incluso pueden desencadenar conductas violentas, como
se ve diariamente en los casos de violencia contra la mujer.
Felices para siempre. Es una
idea linda y romántica pero solo ocurre en los cuentos de hadas, y únicamente porque
terminan en la boda. ¿Alguien se ha preguntado qué pasó con Cenicienta, Blanca
Nieves y las demás diez años después? La convivencia no es nada fácil e implica
grandes retos que solo se pueden afrontar con un alto nivel de compromiso,
respeto y comunicación efectiva.
Es el amor de mi vida. No se
ama solo una vez, se suele pensar que el enamoramiento adolescente es la única
clase de amor pero cada relación es distinta y una relación madura puede ser más
estable y gratificante que una pasión desenfrenada.
Cambiará por mí. Las
personas no cambian por la acción de otras. El cambio viene de dentro y es un
proceso largo que implica un trabajo personal constante. Así que si pretende
convertir a su sapo en príncipe, olvídelo.
Por amor se aguanta todo.
Estamos de acuerdo en que el amor es difícil de conseguir pero para todo hay
límites. Algunas relaciones de pareja pueden ser nocivas e incluso podrían poner
en peligro su vida. Si es su caso, recuerde el dicho: mejor solo que mal
acompañado.
Así que no se desilusione si
su experiencia amorosa no se parece a su película romántica favorita, eso solo
quiere decir que vive en el mundo real.
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