miércoles, 4 de diciembre de 2013

Desarrollo de la empatía

El desarrollo de la empatía es un logro básico en las personas, ya que permite establecer relaciones interpersonales profundas y satisfactorias con los demás. Esta habilidad se forma paulatinamente en el vínculo con los padres desde el nacimiento. La respuesta afectiva al bebé y la capacidad de la madre para percibir las necesidades del niño y satisfacerlas adecuadamente son indispensables para que la estructuración mental sea apropiada. La empatía se ha descrito como el pegamento en la construcción del sí mismo. Sin esta, la estructura psíquica es endeble. Goleman señala que la capacidad de percibir los estados emocionales propios y de los demás es uno de los factores necesarios para la inteligencia emocional. Comprender los sentimientos de otros y actuar de acuerdo a ellos permite acciones altruistas, de cooperación y solidaridad. Estudios realizados con niños y adolescentes relacionan puntuaciones altas en empatía con varias conductas sociales positivas (prosociales, asertivas, autocontrol, liderazgo) y menos conductas sociales negativas (agresivas, pasivas, retraimiento y antisociales). Los niños aprenden a ser empáticos si lo son con ellos, la contención emocional cuando se sienten tristes, adoloridos o frustrados es fundamental y debe ser una constante en el vínculo, así como ayudarlos a expresar sus emociones y a entender lo que sus actos provocan en los demás. 

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