El tema de las drogas es
complejo. Involucra diversos aspectos, varios de los cuales deben ser abordados
desde el Estado por ser un tema de salud pública. Sin embargo, la prevención no
solo debe ser tarea de programas institucionales, es necesario realizarla
también desde ámbitos más cercanos como el colegio o la familia.
Cuando se habla de
prevención, no solamente se hace referencia a las acciones que permiten evitar
que se presente el problema. Ese aspecto es únicamente la prevención primaria.
La prevención secundaria hace referencia a tratar el problema apenas se detecta,
para disminuir las posibles complicaciones; y la prevención terciaria, se ocupa
de las acciones encaminadas a rehabilitar a las personas que ya padecen la condición.
En este caso, el abuso de drogas.
Lo ideal por supuesto, es
evitar que aparezca el problema. Es decir, actuar antes que el consumo de
drogas se establezca como patrón de conducta habitual (prevención primaria).
Para ello, la familia es un agente importantísimo. Las investigaciones
realizadas por CEDRO señalan que el consumo de drogas se inicia cada vez a más
temprana edad. Los estudios epidemiológicos señalan que se da alrededor de los
12 años, incluso antes para sustancias legales.
Por ello, se deben tomar las
precauciones necesarias desde el hogar para evitar que los adolescentes consuman
drogas. La adolescencia es una etapa vulnerable en este tema por las características
relacionadas a los cambios psicológicos y sociales. Los jóvenes buscan
independencia, autonomía y están enfocados a descubrir su identidad, su lugar
en el mundo; y muchas veces esa búsqueda los lleva a experimentar diferentes
cosas, algunas de ellas riesgosas como es el caso de las drogas.
¿De qué manera se puede
evitar que los hijos se involucren en el consumo de sustancias? La prevención
del abuso de drogas y de muchas otras dificultades se centra en fortalecer un
buen vínculo afectivo y de confianza con los hijos. Esto, por supuesto no se
logra de un día para otro ni debe iniciarse en la adolescencia sino desde el
nacimiento. En la adolescencia, se debe encontrar un equilibrio. Se debe dar
libertad pero sin dejar de guiarlos, confiar en ellos pero estar atento a
cualquier cambio de conducta, mejorar la comunicación y mostrarse abiertos y no
mostrarse censuradores para que puedan expresar sus dudas y preocupaciones.
Además es necesario fortalecer su autoestima y la seguridad en ellos mismos,
para que puedan resolver los problemas que enfrenten asertivamente y sean
capaces de decir No en el momento adecuado.
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