Cuando se escuchan casos
criminales terribles como homicidios macabros uno se pregunta cómo una persona
puede realizar esos actos con tanta frialdad. Si bien es necesario hacer un
examen detallado de las características psicológicas en cada caso, es común encontrar
detrás de estos hechos el trastorno de personalidad antisocial. Este tipo de
personas trasgreden frecuentemente las normas y muestran falta de empatía hacia
los demás. Las características de este cuadro clínico incluyen: desprecio y
violación de los derechos de los demás, fracaso para adaptarse a las normas
sociales, mentir repetidamente o estafar para lograr un beneficio personal,
agresividad, falta de remordimientos, entre otras. Ahora, no todos cometen
delitos graves pero sí se observa un patrón de conducta al margen de las reglas
establecidas. Este comportamiento puede aparecer desde la niñez o adolescencia
y se vuelve constante en la adultez temprana. Lo preocupante es que estas
personas difícilmente llegan a un consultorio psicológico, ya que no sienten
culpa por lo que hacen y creen tener todo el derecho a hacerlo. Los
perjudicados usualmente son los demás, sus víctimas, que llegarán a menudo a
buscar ayuda psicológica, ya que son las que sufren las consecuencias de sus
actos y son dañadas profundamente en el aspecto emocional.
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