martes, 18 de septiembre de 2012

Detrás de las rabietas ...


Es frecuente escuchar las quejas de las madres acerca de las rabietas de sus hijos pequeños. “Me saca de quicio”, “No entiendo por qué lo hace” suelen decir impotentes. Es necesario respirar hondo, mantener la calma y tener paciencia para manejar estas situaciones.  Las rabietas suelen presentarse en niños entre 2 y 4 años y expresan, en general, la dificultad del pequeño para modular sus impulsos y responder adecuadamente a una situación que lo frustra. Por supuesto, cada niño tendrá una menor o mayor probabilidad de hacer rabietas en función de su temperamento y el monto impulsivo innato que posea, pero en general, el lenguaje, todavía escaso a esa edad, dificulta que el niño pueda expresar lo que siente de manera apropiada y por ello tenderá a expresar con su cuerpo (llanto, movimientos, agresividad), todo lo que no le es posible poner en palabras. El hambre, el cansancio o algún malestar pueden exacerbar también esta conducta. Es imprescindible que los padres puedan entender qué puede estar detrás de la pataleta para darle la contención emocional necesaria. Estos deberán actuar como una suerte de traductores de lo que el niño está sintiendo para ayudarlo a calmarse. Así irán aprendiendo a identificar sus emociones y comunicarlas efectivamente. 

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