“Buenos días”, “¿Cómo estás?”,
“por favor”, “gracias” son algunas frases que se usan todos los días para
interactuar con otras personas. Son convenciones sociales establecidas y
compartidas por todas las personas de un mismo lugar. Estas frases facilitan el
intercambio social con los demás y se incluyen dentro de las conductas
necesarias de las habilidades sociales, ya que reflejan respeto y consideración
hacia la otra persona.
No obstante, las habilidades
sociales implican más aspectos que los buenos modales y las frases de cortesía.
Se considera que una persona posee habilidades sociales cuando es capaz de
relacionarse satisfactoriamente con otras personas, expresar y responder
efectivamente de acuerdo al contexto social en el que se encuentra. Es decir,
las habilidades sociales dependerán del lugar y cultura en el que uno vive. No
hay un criterio absoluto para definirlas. Existen diversas definiciones que
incluyen la expresión honesta de sentimientos, la expresión de cualquier
emoción salvo la ansiedad, entre otras; pero en todos los casos, hay un acuerdo
en que sirven para solucionar situaciones, tareas o conflictos sociales en un
contexto determinado.
Las habilidades sociales,
además, involucran diversas destrezas como saber escuchar, ser asertivo y poder
ponerse en el lugar de la otra persona (empatía). No solo se trata de expresar
lo que se piensa o se siente, es necesario hacerlo sin dañar a los demás. Esto
es lo que se llama asertividad, la capacidad de decir lo que uno piensa de
manera apropiada, sin ser pasivo o agresivo.
Saber escuchar también es
una habilidad importante, ya que permite que el interlocutor se sienta cómodo y
en confianza para mantener la interacción social y posibilita responder
eficientemente a sus necesidades.
Por último, la empatía es
quizá la habilidad más compleja pero es parte de nuestro potencial natural como
seres humanos. Estamos programados para sintonizar con las emociones de los
demás y ello se va desarrollando desde el vínculo temprano con la madre, en las
interacciones diarias con esta, mucho antes que haya lenguaje verbal. A pesar
de ello, a veces da la impresión que es una habilidad escasa. Son incontables
las veces que se escuchan frases desatinadas, que no tienen en cuenta cómo
puede sentirse la otra persona. Ser hábil socialmente implica esencialmente una
relación bidireccional. Por eso es necesario hacer el esfuerzo de ponerse en el
lugar del otro antes de expresar cualquier opinión y estar consciente de este
aspecto en toda interacción social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario