Toda persona que ha seguido
régimen médico sabe lo fastidioso y complicado que resulta seguir las
indicaciones rigurosamente. Esto es particularmente difícil cuando el
tratamiento debe realizarse de por vida, como sucede en las enfermedades
crónicas. No obstante, de ello depende el pronóstico de la dolencia y la
calidad de vida del paciente a largo plazo. Estudios médicos y psicológicos
señalan varios factores que intervienen en la adherencia o no al tratamiento. En
primer lugar, las dificultades para aceptar la enfermedad y el carácter
asintomático de muchos males crónicos pueden llevar a la persona a creer que no
necesitan el tratamiento. Se han asociado además diversos aspectos como las
características socio-económicas, el apoyo social, el tipo de enfermedad y
medicación, así como la calidad de la relación médico paciente. Entre los
factores psicológicos se observa que los altos niveles de estrés, la falta de
motivación y la baja autoestima influyen en el mal seguimiento de las
indicaciones médicas. La depresión también perjudica el cumplimiento del
tratamiento. Se estima que las personas deprimidas tienen tres veces más
probabilidades de no adherirse a su tratamiento. En ese sentido, es vital
evitar que la persona se abandone por el desánimo y los pensamientos negativos
sobre su vida y futuro para lograr una buena adherencia al tratamiento.
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