jueves, 25 de octubre de 2012

Relaciones de pareja saludables


Los cuentos de hadas y las películas de Hollywood muestran relaciones de pareja que son sencillas y lineales. Un chico y una chica se encuentran, se enamoran, se casan y viven felices para siempre. Nada más alejado de la realidad.
Las relaciones de pareja son complejas, tienen altibajos, desencuentros pero también, por supuesto, complementariedad, intimidad, compenetración. Cada pareja es diferente y tendrá su propia dinámica interna. Sin embargo, hay algunas características que pueden distinguir una relación de pareja saludable de las que no lo son.
En primer lugar es importante el respeto mutuo y la valoración de uno hacia el otro. Se debe aceptar a la otra persona integralmente, con defectos y virtudes. Intentar cambiar a la pareja es inútil y solo lleva a la frustración. Las personas cambian cuando sienten que necesitan hacerlo y es un proceso interno e individual, que no puede ser obligado por otra persona.
La confianza, la consideración y el afecto son las bases de cualquier relación saludable. Estos aspectos favorecerán que los conflictos que eventualmente aparecerán se resuelvan satisfactoriamente sin dañar al otro.

Es importante remarcar que cada miembro de una pareja es una persona independiente con aspiraciones personales y profesionales que deben ser respetadas por el compañero(a). En una pareja saludable cada uno apoya el crecimiento y desarrollo de la otra persona sin intentar controlar sus decisiones.

Ahora, si bien el apoyo mutuo es imprescindible para que la pareja sea sólida, cada uno debe ser responsable de sí mismo y no puede depender completamente del otro ni esperar que la pareja resuelva todos sus problemas.

Lograr un vínculo saludable requiere del trabajo constante de cada miembro de la pareja, así como del compromiso y la voluntad de que la unión funcione, porque las crisis siempre aparecerán y deberán ser afrontadas.

Algunas parejas tal vez necesiten ayuda especializada en algún momento crítico para recuperar la estabilidad de su relación y pueden beneficiarse de una terapia de pareja. Este proceso psicoterapéutico está orientado a mejorar la comunicación de ambos, elaborar los conflictos y restaurar el vínculo. El terapeuta funciona como un tercero neutral que no interfiere ni da consejos directos, sino más bien ayuda a la pareja a entender el tipo de interacción que se ha establecido y cómo afecta la relación. Dependerá de ambos cambiar lo necesario para lograr un entendimiento y mejorar como pareja.

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