lunes, 1 de abril de 2013

Hablar claramente


Es común que se presenten problemas entre familiares o personas cercanas en algún momento de la convivencia o relación. Si bien hay una infinidad de motivos que pueden acarrear dificultades, en la mayoría de los casos las diferencias surgen por problemas de comunicación entre ambas partes.
Las dificultades de comunicación son la causa más común de los conflictos que pueden aparecer en las relaciones interpersonales y son la base de la mayor parte de problemas en general.
La comunicación siempre debe ser clara y directa. Para ello es necesario asegurarnos que la otra persona está entendiendo el mensaje de lo que queremos decir sin ninguna interferencia. Esto no es fácil porque siempre se presentan algunas barreras en la comunicación y es por eso que se debe hacer lo posible por disminuirlas a través de una escucha activa y atenta, parafraseando lo que la otra persona nos dice para confirmar que se entendió el mensaje.

Cuando se presenta un impase entre dos personas siempre será mejor hablar de ello sin esconder detalles importantes. Hablar de cualquier problema frente a frente facilita que se arregle un malentendido y que la relación pueda mantenerse sólida. Por supuesto se debe manejar el lenguaje verbal y no verbal, de manera adecuada. Esto es, dirigirse siempre asertivamente. Hablar con firmeza pero sin agredir a la otra persona.
Por otro lado, mentir es la manera más rápida de complicar cualquier problema. Tarde o temprano la persona termina enredándose en sus propios cuentos. Tampoco es una buena opción no hablar cuando es necesario aclarar un malentendido. Cuando algo no se dice, y la otra persona se entera por terceros de la opinión o la acción de alguien, el dolor será mayor y puede ser tomado como una traición por la parte afectada. Los problemas no se resuelven solos y no hablar de ellos solo prolonga el malentendido, e incluso puede aumentarlo.

Cuando ya hay un conflicto activo el silencio puede favorecer que se creen ideas erróneas e interpretaciones basadas en suposiciones y no en hechos concretos. Cuando hay un clima de tensión es necesario explicitarlo e iniciar el diálogo.
Una relación interpersonal estable y saludable requiere de respeto, consideración  y confianza. Esto se logra poco a poco, día a día, gracias a una comunicación efectiva entre las partes. Los problemas siempre se presentarán pero si se resuelven con entereza y prontitud, el vínculo se fortalecerá.

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