domingo, 15 de abril de 2012

Niños resilientes


Los niños, igual que cualquier adulto, se enfrentan a situaciones adversas que ponen en jaque sus recursos personales. Con su escasa edad y experiencia, deben enfrentarse a momentos difíciles en ocasiones como la muerte de un familiar, el divorcio de sus padres o una enfermedad crónica. Sin embargo, algunas características permiten hacer frente a las dificultades y recuperarse de una situación crítica. Ello se llama capacidad de resiliencia. Ahora, ¿Es posible promoverla? Efectivamente. Grotberg elaboró un modelo para identificar las actitudes necesarias para favorecer la capacidad de recuperarse de la adversidad. Estas incluyen tres áreas: el fortalecimiento del ambiente social, los recursos personales del niño y sus habilidades sociales. En primer lugar será necesaria la aceptación incondicional del niño, así como un vínculo estable con los padres u otras personas significativas; además brindarle apoyo, cuidado y un ambiente con reglas claramente establecidas. Dentro de los recursos personales, el desarrollo de la autoestima, la autonomía, el control de impulsos y la empatía; serán imprescindibles. Asimismo el optimismo y el sentido del humor actuarán como factores favorecedores de resiliencia. También desarrollar habilidades sociales satisfactorias y estrategias de afrontamiento para resolver los problemas satisfactoriamente. Por último, será importante darle sentido y significado al sufrimiento. Es decir, ayudarlo a elaborar la experiencia y seguir adelante.

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