Si hay algo que puede quitarle
el sueño a cualquier padre es la sensación de que no está educando bien a sus
hijos. Todos se han preguntado, por lo menos alguna vez, si están haciendo lo
correcto en ese sentido. Probablemente no hay una única manera de criar adecuadamente
a los hijos, cada familia tiene su propia forma de hacerlo y todos los estilos
son válidos, siempre y cuando no se vulneren los derechos de los niños y
adolescentes o se les maltrate de alguna manera.
Sin embargo, es importante
analizar algunos estilos parentales que pueden ser más o menos adecuados, ya
que los diferentes tipos de crianza están relacionados con diversas variables de
ajuste psicológico de los niños y adolescentes.
Una de las clasificaciones
más conocidas es la que describe tres tipos de control parental: autoritario,
democrático y permisivo. El estilo autoritario se caracteriza por ejercer
excesivo control sobre las normas y poca respuesta a las demandas de los hijos.
Se expresa poco afecto y alta coerción. Este estilo ha sido relacionado con obediencia
pero también con acumulación de agresividad y frustración que pueden ser
descargadas en otras personas. También se asocia con poca confianza en ellos
mismos, dependencia y orientación hacia el premio y el castigo más que hacia el
comportamiento autónomo.
El estilo permisivo es el
extremo opuesto al autoritario. Se caracteriza por un control mínimo de las normas
y comportamientos, se evitan los castigos y se satisfacen casi todas las
demandas del niño. Estos padres son tolerantes con los impulsos de sus hijos y
afectuosos. Se asocia a escasos conflictos con los padres y bajos niveles de
malestar psicológico pero también con inmadurez emocional, poca capacidad de
asumir responsabilidades y dificultad para controlar impulsos.
Ninguno de los anteriores
ofrece un equilibrio adecuado entre exigencia y respuesta emocional. Es
importante señalar también que algunos estudios relacionan estos estilos con el
uso de drogas y consumo de alcohol entre los jóvenes.
Por último, el estilo
democrático se relaciona con una actitud que equilibra las normas y las
respuestas de las demandas de los hijos. Se negocian acuerdos y se explica la
razón de las reglas de conducta y la importancia de seguirlas. Se expresa
afecto y se promueve la autonomía de los hijos, ya que se muestra interés en
sus opiniones. Este estilo está asociado a un buen ajuste psicológico general,
alta autoestima, confianza en ellos mismos y los demás, buen control de
impulsos y escasos problemas de conducta. Saque usted sus conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario