Tradicionalmente se ha dado
al padre el rol proveedor. Es decir, quien se encargaba de sustentar
económicamente a la familia. El padre trabajaba y la madre criaba a los hijos.
Así estaban divididos los roles casi exclusivamente hasta hace unas décadas.
Esta división de las labores
tenía también repercusiones dentro del hogar. El padre delegaba todas las
tareas de crianza en la madre y por lo tanto tenía un vínculo emocional
distante con los hijos. Por supuesto, ello podía variar en cada caso, pero en
general, el padre era visto como la autoridad, se le temía y quería a la vez. Se
le había criado bajo estos preceptos: no mostrar ternura, no encargarse del
cuidado de otros ni ser expresivo en las emociones. Era quien daba las órdenes
y todos, incluyendo a la madre, obedecían.
Sin embargo, con el acceso
de las mujeres a la educación y al mercado laboral, estas colaboran con los
ingresos económicos del hogar, y en muchos casos, se encargan exclusivamente de
este. Unido a ello, los estereotipos de rol masculino han ido cediendo y ahora
se espera que los hombres puedan expresar cariño y ayuden en las labores de
crianza. Incluso en varios países se da permiso de paternidad para promover el
acercamiento de los padres con sus hijos recién nacidos. A pesar de ello, no
todos los hombres logran comprometerse con su rol paterno. Algunos aún siguen
las pautas tradicionales, y otros, ni siquiera se encargan de proveer el
sustento necesario a sus hijos, aunque su participación en la crianza es
necesaria.
El padre tiene un papel
importante en el desarrollo afectivo de sus hijos, además de un rol de soporte
a la madre. El rol del padre es crucial en determinados procesos psicológicos
como el proceso de separación – individuación del niño o niña. El padre es el tercero
que tiene como función entrar en la diada madre – niño, lo que ayudará a que el
infante pueda separarse lo suficiente para desarrollar su propia individualidad
como un ser diferenciado de la madre. El niño necesitará identificarse con el
padre para desarrollar su identidad masculina. En el caso de la niña, el rol
del padre será también crucial porque reforzará el sentido de feminidad de esta.
Ambos sexos necesitan identificarse con la madre y el padre para lograr un
desarrollo emocional y de identidad de género óptimo.
Ello no necesariamente
implica que padre y madre estén juntos, pero sí es imprescindible que funcionen
como un equipo para darles a los hijos el soporte afectivo que necesitan.
Se debería hacer una campaña sobre este tema en el Perú
ResponderEliminarAdhara, te felicito, qué buen artículo, qué bien expresado.
ResponderEliminarEste me encanta! ( bueno... Todos ) pero Aqui hay mucho tema de interés para compartir con la "familia de nuestra sociedad actual! Es tan diferente el concepto ; las cosas cambiaron totalmente, el enfoque de las mujeres cambió de forma radical y bueno.... El rol de padres creo sigue siendo similar a Los anteriores proveedores sin mucho tiempo para compartir algo que me resulta insólito pues Cada vez son más las mujeres que sacán adelante a sus hijos sin la figura paterna.... Me gustó mucho tu artículo y la forma en que lo llevaste!
ResponderEliminarEste me encanta! ( bueno... Todos ) pero Aqui hay mucho tema de interés para compartir con la "familia de nuestra sociedad actual! Es tan diferente el concepto ; las cosas cambiaron totalmente, el enfoque de las mujeres cambió de forma radical y bueno.... El rol de padres creo sigue siendo similar a Los anteriores proveedores sin mucho tiempo para compartir algo que me resulta insólito pues Cada vez son más las mujeres que sacán adelante a sus hijos sin la figura paterna.... Me gustó mucho tu artículo y la forma en que lo llevaste!
ResponderEliminarGracias por sus comentarios. De hecho, hay mucho para pensar y decir sobre este tema, bienvenidas todas las opiniones.
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