martes, 1 de octubre de 2013

El dinero y los niños

Todos los que tienen hijos saben lo importante que es inculcarles principios morales y normas para vivir en sociedad y relacionarse satisfactoriamente con otras personas. Valores como la honestidad, la responsabilidad, la colaboración, entre otros; son indispensables en la formación de los niños y adolescentes.
La familia, la escuela y la sociedad son los principales agentes socializadores, que en mayor o menor medida, trasmiten los principios con los cuales guiar la propia conducta, así como los ideales a los que aspirar en nuestro contexto social.

En este sentido, el dinero, que generalmente se asocia con el éxito, ocupa un lugar privilegiado y los niños lo aprenden desde muy temprano. Otro ideal común en nuestra sociedad es el del joven emprendedor, aquel que inicia un negocio y gana dinero. En varios colegios, incluso, se han incorporado programas destinados a ello. No es extraño entonces, que los pequeños estén orientados a buscar “cachuelos” y ganar propinas por realizar diferentes labores o actividades.

Algunos padres optan por pagar a los hijos por realizar diferentes tareas en el hogar como lavar el carro, dictar clases a los hermanos u otras. Cada familia se organizará de diferente manera y tendrá sus propias costumbres, patrones de relacionamiento y negociación. No obstante, es imprescindible diferenciar las responsabilidades propias de cada niño, las tareas que cada miembro debe realizar como parte de la familia y lo que se considera un “trabajo extra” ocasional fuera de los deberes habituales.
Por ejemplo, cada niño debe ir aprendiendo desde pequeño a hacerse cargo de su aseo personal y sus pertenencias. A medida que va creciendo puede ir asumiendo algunas tareas en la casa como botar la basura, ir a comprar o ayudar con alguna otra labor doméstica. Estas actividades que son parte de la rutina y la organización familiar no deberían ser pagadas. Si usted empieza a darles dinero por ordenar su cuarto, hacer la tarea o terminar el almuerzo, pronto sus hijos creerán que toda recompensa es monetaria y no harán nada sin ganar dinero.

Lo que es peor, no aprenderán valores como colaboración y responsabilidad. En estos casos es necesario que las recompensas sean sociales. Es decir, brindarles un reconocimiento verbal o un premio simbólico (no monetario) por su ayuda. Ello no impide que promovamos iniciativas para ganar dinero con otras actividades ocasionales como ayudar en el trabajo de los padres, vender manualidades u otras alternativas de acuerdo a su edad; pero no olvide siempre tener en perspectiva los valores que está promoviendo.

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