martes, 1 de octubre de 2013

Niños independientes, adultos autónomos

Desarrollar la independencia de los hijos es una meta que requiere constancia, visión a futuro y seguridad. No es sencillo para la mayoría de padres dejar a sus hijos libres y permitirles hacer las cosas sin ayuda. Usualmente, quieren protegerlos de todo peligro y evitarles equivocaciones, riesgos o cualquier dolor.
No obstante, es necesario confiar en ellos, brindarles la seguridad y tranquilidad necesaria para que sientan confianza y aprendan a valerse por sí mismos. Ello no quiere decir, por supuesto, dejar de observarlos y cuidarlos; pero debemos darles cierto espacio de libertad para que puedan descubrir el mundo y logren ser más autónomos.
Cada edad traerá para el niño nuevos retos que conquistar y logros que cumplir. Es fundamental motivarlos a que tomen la iniciativa para ser más independientes. Desde que comienzan a caminar, los niños se sienten más seguros de su cuerpo y sus movimientos. Es importante reforzar sus éxitos. Ello beneficiará su autoestima y los alentará a intentar nuevas metas.
Tome en cuenta la edad del pequeño para animarlo a completar tareas sencillas que sea capaz de hacer. Aunque no las haga bien al inicio, es importante que se sienta capaz de hacerlas para su desarrollo emocional y social.
En relación a esto, Erikson plantea ocho etapas de desarrollo psicosocial del ciclo vital. Cada una refleja una crisis entre el logro de una meta y el fracaso en ella. En la niñez temprana el fin es desarrollar la autonomía. Si el niño es frustrado en sus intentos de definir su voluntad puede quedar atrapado en la vergüenza y en la duda. En la siguiente etapa el niño estará orientado a desarrollar su iniciativa. De igual manera, si se le restringe en sus actividades, sentirá culpa y se inhibirá en lo sucesivo, lo que perjudicará su espontaneidad y creatividad.
Los niños son capaces de hacer más cosas de las que uno cree. Suba las expectativas de acuerdo a su edad y sus limitaciones. Refuerce lo positivo y trasmítale siempre confianza en que ellos pueden hacerlo. Evite hacer por ellos las actividades que puedan hacer solos. Si lo viste, le da de comer en la boca y lo baña cuando el niño ya está listo para hacerlo sin ayuda, solo fomentará la dependencia. No critique la manera de hacer las cosas de su hijo, cada uno tiene su propio estilo de resolver problemas y él necesita encontrar su propio modo. Recuerde que un niño independiente se convertirá en un adulto autónomo.

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