martes, 1 de octubre de 2013

La campaña empieza en casa

Las campañas de difusión contra la comida chatarra son importantísimas para la salud de los niños y adolescentes. Estas se centran en la promoción de loncheras saludables, a partir de la sensibilización a estudiantes, maestros y encargados de los kioscos escolares. Definitivamente todas las acciones para fomentar una nutrición saludable son beneficiosas. Sin embargo, para que los resultados sean óptimos, las actividades deben incluir también a los padres de familia.
Los padres son los principales actores en la crianza de los niños. No solo les enseñan a dar y recibir afecto, socializar, seguir las normas y conducirse de manera adecuada en la vida; también les enseñan hábitos alimenticios y les brindan el ejemplo a la hora de escoger un bocadillo. Cada familia tiene costumbres particulares en cuanto a la comida y estos hábitos se establecen desde la infancia.
Si se busca mejorar la calidad nutricional de las loncheras escolares es necesario trabajar con los padres para ayudarlos a cambiar los hábitos alimenticios familiares que sean perjudiciales. Son los padres los que preparan las loncheras de sus hijos desde pequeños y no siempre tienen la información adecuada o el tiempo disponible para ello.
Todos los padres coincidirán en que lo único que quieren hacer al llegar a casa después de un largo día de trabajo es comer alguna cosa y descansar. Pensar en alternativas variadas y saludables para la lonchera del día siguiente, puede resultar pesado a menos que tengamos alguien que se encargue específicamente de eso. Generalmente se opta por productos envasados y bocadillos azucarados que además son más aceptados por los niños. La preocupación porque coman algo durante las largas horas que pasan en el colegio, puede llevarlos a escoger alternativas poco adecuadas. Y siendo sinceros, incluso los padres optan por bocadillos rápidos cuando tienen unos minutos libres en el trabajo.

Lamentablemente la comida chatarra puede resultar más apetitosa que la natural, especialmente si se está acostumbrado a consumirla. Por ello es importante que se habitúe a los niños desde pequeños a opciones más saludables. Cada vez que coma verduras y frutas sus hijos seguramente seguirán su ejemplo. Si en su casa se come siempre saludable, los niños estarán acostumbrados a alimentarse bien y tendrá más probabilidades de que acepten menús saludables en la lonchera. Es un trabajo extra y constante pero vale la pena a largo plazo.

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